En la Argentina, hay 39 parques nacionales. Dentro de ese total, la provincia de Neuquén cuenta con los parques nacionales Lanín, Laguna Blanca, Arrayanes, y el Nahue Huapi, que es compartido con Río Negro. Además, esa última provincia tiene el Parque Nacional Islote Lobos.
Son áreas naturales protegidas que desempeñan un papel fundamental en la conservación de la biodiversidad y el patrimonio natural y cultural del país. Incluyen lugares de disfrute, recreación e inspiración para los habitantes de nuestro país y visitantes del exterior.
La organización no gubernamental Aves Argentinas hizo un llamado de atención sobre la necesidad de fortalecer a los parques nacionales. La Argentina fue pionera en su creación en América del Sur cuando en 1903, el perito Francisco Moreno cedió a la Nación 7.500 hectáreas en cercanías de Laguna Frías y Puerto Blest, al oeste del lago Nahuel Huapi.
Entre las propuestas, se recomendó que se debe “consolidar y reafirmar el rol de Parques Nacionales en la conservación de la biodiversidad: el faro de la gestión es la protección a largo plazo de los ecosistemas, especies y procesos naturales, con el respaldo de la mejor ciencia disponible”.
Se resaltó que “la restauración de ambientes y reintroducción de especies son estrategias fundamentales para la conservación efectiva a largo plazo de las áreas protegidas y para asegurar que cumplan con sus objetivos de mantener la biodiversidad y los servicios ecosistémicos”.
Además se consideró que también es necesario “abordar de manera urgente el manejo de las especies exóticas invasoras que producen incalculables daños en la salud de muchos ecosistemas de nuestros parques nacionales”. Recomendaron “mejorar el diseño de muchos parques nacionales, a través de la incorporación de propiedades adyacentes que faciliten su manejo y fortalezcan la protección de sus valores de conservación y en particular de poblaciones de especies de conservación prioritaria”.
Se debe “promover el uso público sustentable de los parques”, y se enfatizó en que “su potencial en términos de número de visitantes dista aún de ser ideal. Para eso, se deberían hacer estudios de impacto y capacidad de carga de los escenarios involucrados y se debería favorecer la participación de vecinos y pobladores, pueblos originarios y representantes de otros sectores importantes para los parques nacionales.
En Islote Lobos está la colonia reproductiva de pingüinos de Magallanes más septentrional del mundo.
También expresaron que se debería “apoyar y promover la investigación científica en los parques nacionales, así como el monitoreo de los recursos naturales y los impactos de las actividades humanas”, y contar con leyes, reglamentos y políticas públicas claras y prácticas que prioricen la conservación y el manejo científico de los parques puede servir de contrapeso a presiones políticas de corto plazo.
Frente al problema global del cambio climático, inducido por actividades humanas, se consideró que se deberían impulsar acciones de adaptación y mitigación en la gestión de los parques nacionales. Con ese objetivos, se aconsejó:
-Restaurar hábitats naturales degradados, como bosques, humedales, pastizales. Eso implica reforestar, controlar especies invasoras, recuperar flujos hídricos, entre otras acciones.
-Promover corredores biológicos para establecer y mantener conectividad entre áreas protegidas permite que las especies puedan migrar y adaptarse a los cambios.
-Implementar enfoques de manejo que se ajustan en base al monitoreo y la retroalimentación para responder de manera oportuna a los cambios y amenazas.
LM Río Negro