Por Agroempresario.com
Las vacaciones de invierno han llegado y Argentina presenta múltiples destinos para disfrutar. En la provincia de Córdoba, una pequeña localidad se destaca como un lugar ideal para relajarse rodeado de naturaleza serrana: San Clemente. Este paraje ofrece una alternativa única en comparación con la ciudad balnearia bonaerense del mismo nombre.
San Clemente se encuentra en el departamento Santa María, a 25 kilómetros de la ruta provincial N°5 y a 72 kilómetros de la capital provincial. Según el Censo Nacional de 2010, tenía una población de 134 personas, número que ha aumentado debido al auge turístico de la última década.
Las calles de San Clemente son de estilo campestre, rodeadas de vegetación exuberante y numerosos cursos de agua. Los visitantes suelen congregarse en los arroyos Las Granadinas y Las Tazanas, populares por sus aguas cristalinas que invitan a un refrescante baño durante el verano. Además, los ríos Suela, San José y San Pedro ofrecen oportunidades para conectar con la naturaleza, disfrutar de las vistas y relajarse en familia o con amigos.
Los senderos de la zona, aunque a veces dificultados por espinillos y pinares, son ideales para caminatas, paseos en bicicleta y a caballo, proporcionando una experiencia completa de inmersión en la naturaleza.
El paraje alberga el Córdoba Trucha Club, donde se practica la pesca deportiva gracias a un dique especializado en la cría de truchas. Otra atracción cercana es el Parque Nacional Quebrada del Condorito, hogar de cóndores andinos que se pueden observar volando a corta distancia.
Para hospedarse, los turistas pueden elegir entre una hostería, un espacio de camping, la estancia principal, complejos de cabañas o alquilar casas temporarias. La zona también cuenta con puestos de comida serrana y proveedurías para abastecerse durante la estadía.
San Clemente posee la capilla Nuestra Señora de la Merced, una construcción de piedra de 1947 que es una de las joyas del lugar. Además, en la comuna se pueden encontrar vestigios de culturas prehispánicas como los comechingones y sanavirones.
Históricamente, San Clemente fue una posta del Camino Real sudamericano, una ruta que conectaba Buenos Aires con Lima durante el Virreinato del Río de la Plata. Aunque gran parte del camino se ha perdido, aún quedan algunas secciones preservadas.
Aunque la actividad sísmica en la zona es rara y de baja intensidad, se registraron dos terremotos de intensidad leve a moderada en este siglo: uno en septiembre de 2004 con una magnitud de 4,1 y otro en diciembre de 2009 de 4,0 grados en la escala de Richter.
Para los amantes de la aventura, San Clemente ofrece senderos de trekking y turismo de montaña con distintos niveles de dificultad, proporcionando una experiencia completa para los exploradores.
Alejada del bullicio urbano, San Clemente se presenta como una de las joyas naturales de Argentina, lista para recibir a miles de visitantes durante el receso invernal y ofrecerles una experiencia única de tranquilidad y conexión con la naturaleza.