Con una presentación centrada en el aporte del INTA a la producción ganadera, Mauricio Álvarez -coordinador del programa nacional de Carne y Fibras Animales del INTA- realizó aportes para pensar a la ganadería como parte de la solución a través de mejorar la resiliencia y la adaptación. De esta presentación participó Juan Cruz Molina Hafford –presidente del INTA–.
Ante la visión de la ganadería como problema, Mauricio Álvarez –coordinador del programa nacional de Carne y Fibras Animales del INTA– respondió que la industria de la ganadería tiene la capacidad de brindar soluciones a la demanda de una producción ética y sostenible. En tal sentido, el INTA plantea desde los territorios que la ganadería puede ser parte de la solución con la incorporación de tecnologías de rápida adopción y bajo costo a los procesos productivos y con una mayor rentabilidad.
Por su parte, al ser consultado Álvarez sobre las posibles respuestas, mencionó que el mejoramiento genético bovino “ha sido fundamental en el aumento de la productividad ganadera. No obstante, aparte de continuar aumentando la producción, es preciso también mejorar la resiliencia y la adaptación”.
Y agregó: “En este sentido, nuestro país tiene el gran desafío de desarrollar un proceso de intensificación sostenible y el mejoramiento genético es uno de los ejes centrales de este proceso porque genera mejoras productivas pequeñas pero acumulativas sin el uso de insumos externos”.
Al producir en condiciones ambientales cambiantes, esto exige animales más resistentes a enfermedades, estrés térmico y a la variabilidad climática. El reto consiste en identificar y seleccionar individuos capaces de adaptarse a estas condiciones adversas sin comprometer su rendimiento productivo.
La selección genética debe enfocarse no solo en aumentar la producción, sino también en mejorar su sostenibilidad. Según el especialista, “se necesita producir animales que sean más eficientes, transformando el alimento en carne o leche y que, a su vez, sean productivos y generen una elevada calidad de productos”.
“Será importante desarrollar líneas genéticas que contribuyan a reducir las emisiones. Por ello, el INTA ha creado una red de centrales para medir la eficiencia de conversión en las principales regiones productoras”.
Hoy se cuenta con cuatro estaciones para bovinos de carne ubicadas en unidades INTA de Cesáreo Naredo -Buenos Aires-, Anguil -La Pampa-, Mercedes –Corrientes- y Valle Inferior -Río Negro-. Además de una para bovinos de leche ubicada en Rafaela -Santa Fe-.
Es necesario articular los esfuerzos del sector público y el privado para desarrollar una plataforma nacional de fenotipado que permita generar bases de datos para todas las razas. De esta manera se podrán construir las poblaciones de referencia necesarias para utilizar la selección genómica.
“Esta es una herramienta central para vincular las subpoblaciones fenotipadas con aquellas que no pueden registrar estas variables, identificando de manera más precisa y temprana los mejores individuos”, concluyó el investigador.
Esta charla se presentó en el marco de la Expo Rural donde el INTA participa junto con la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca del Ministerio de Economía y que se realiza hasta el 28 de julio.