Sin pesticidas, herbicidas, fertilizantes químicos sintéticos y sin químicos tóxicos, que –si no lo sabías atento al dato- muchas veces tu cuerpo absorbe al estar en contacto con tu piel. Este tejido tiene un aspecto sedoso y te aportará una gran suavidad y comodidad, sin olvidarnos de la transpiración.
La joya de la corona, el tejido más sostenible y respetuoso en todos sus procesos. Además, una forma de colaborar en el reciclaje de los tejidos manteniendo las mismas cualidades que el algodón orgánico.
Es un tejido altamente sostenible con una apariencia parecida a la viscosa clásica que se obtiene de esta planta natural, biodegradable y antibacteriana. Además, el bambú tiene una cualidad que te sorprenderá: protege de las radiaciones ultravioletas del sol, tiente propiedades antialérgicas y no irritantes para la piel y es un regulador termal: cálido en invierno y fresco en verano.
Es un material para el que se utiliza algodón linter, una fibra de celulosa pura, corta y suave que envuelve las semillas del algodón. Son fibras que normalmente no se usan, pero que con Bemberg™ se convierten en un gran recurso. A las propiedades del algodón, Bemberg™ suma un tacto aún más suave y más liso a la piel.
Repela el agua, es térmica, absorbe la humedad, evita picores, y es ecológica. ¿Qué más quieres? Es una lana con fibras mucho más delgadas que la lana común, obtenida de las ovejas Merino, originarias de Nueva Zelanda. El resultado es un material muy valorado para practicar actividades al aire libre, y la favorita de Raf Simons.
Es lana proveniente de ovejas con pastos orgánicos y toda su limpieza se hace sin aditivos, blanqueadores o solventes. Su resultado es un tejido de larga duración, biodegradable, muy resistente e hipoalergénico.
Sí, tal y como oyes: leche –la misma que desayunas por las mañanas-. Este tejido tiene un aspecto brillante y suave parecido al de la seda morena y muy recomendado para pieles atópicas. Además, contiene más de quince tipos de aminoácidos distintos que alimentan y nutren la piel, haciéndola más saludable. Se puede usar solo o combinado con cashmere, seda, algodón o lana.
Es una fibra natural reciclable y sostenible que tiene muchísimos usos gracias a su resistencia y gran versatilidad. Además de ser la fibra textil más antigua de la historia, compone algunas de nuestras prendas claves para el verano ya que transmite una gran sensación de frescor.
Un textil ecológico obtenido de la corteza de Matuba, un árbol que crece en las tierras de Uganda y que dan paso a este material, muy adecuado para abrigos, bolsos, carteras y todo lo que te puedas imaginar.
Con un proceso natural y libre de tóxicos, da lugar el Muskin, un material muy parecido al cuero animal y a la gamuza en su apariencia. Fue creado por Grado Zero Espace, una empresa italiana que, como muchos, buscaba una alternativa a los procesos que no respetan el medio ambiente y la encontró en la parte superior de la seta.
Un nuevo material –que alguna que otra vez ha salido en nuestros artículos– desarrollado a partir de las fibras de la piña y que se asemeja muchísimo al cuero. Una alternativa sostenible y muy versátil que podemos utilizar en moda, accesorios y tapicería con la que no restamos calidad a las piezas.
Se trata de una nueva seda mucho más ecológica y respetuosa con el medio ambiente pero con las mismas cualidades. La seda de paz es un tejido que da mucho juego ya que se puede utilizar tanto para vestidos y ropa como blusas, camisas, chaquetas o pañuelos –entre muchos otros-; como para ropa interior, de cama y decoración.
Tencel® es una fibra celulosa natural y biodegradable –de la que ya te hablamos– que se produce a partir de la pulpa de la madera. Se consigue disolviendo la celulosa de la madera y el resultado es un tejido transpirable que mantiene tu piel seca, con efecto segunda piel, recomendado para pieles sensibles y de muy fácil mantenimiento -¡no necesitarás la plancha!-.
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