Sofía Amaya, socia de Ahumadero Ushuaia Patagónica, participó del evento y contó el detrás de escena del emprendimiento familiar que se dedica a ahumar centolla patagónica.
"Vemos un gran potencial internacional en la centolla. La recepción por parte de los turistas fue excelente y estamos convencidos de que es un producto de primera línea," afirmó Amaya.
Ahumadero Ushuaia Patagónica enfrenta una serie de desafíos que van desde las trabas burocráticas hasta los costos adicionales para cumplir con regulaciones estatales. "Las limitaciones son muchas, y las pequeñas empresas deben lidiar con gastos adicionales en gestorías para cumplir con los requisitos de Senasa, AFIP y Aduana," explica Amaya. Este panorama complica sus proyecciones de exportar su producto al mundo.
La historia de Ahumadero Ushuaia Patagónica comenzó en Buenos Aires, desde donde sus fundadores se mudaron a la capital fueguina en 2001 con un sueño en mente. "Queríamos aprovechar los recursos naturales de la provincia y agregarles valor," recordó Amaya.
La empresa se dedica a recolectar centolla directamente del Canal de Beagle y someterla a un proceso de ahumado indirecto con aceite de oliva.
"Realizamos todo el proceso, desde la recolección hasta el envasado, siempre con el objetivo de mantener la calidad," afirmó Amaya.
El Cronista