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Por Agroempresario.com
Un reciente estudio de la Cámara de Productores Avícolas (CAPIA) y el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) ha revelado que Argentina se destaca por tener la huella de carbono y la huella hídrica más bajas en la producción de huevos en comparación con otros estándares internacionales. Este análisis pone de relieve el compromiso del país con prácticas ambientales sostenibles en la industria avícola.
El estudio, basado en un Análisis de Ciclo de Vida (ACV), midió dos indicadores clave: la huella de carbono y la huella hídrica del huevo fresco. Los resultados indican que la huella de carbono en Argentina es de 0,92 kg de CO2 equivalente por kilogramo de huevo a granel, 1,04 kg de CO2 eq/kg para huevos en maple y 1,29 kg de CO2 eq/kg para huevos en estuche. Estos valores son significativamente bajos en comparación con otros países, como Suecia (1,40 kg CO2 eq/kg) y el Reino Unido (hasta 3,95 kg CO2 eq/kg).
El análisis también reveló que la huella hídrica en Argentina es de 0,39 m³ equivalente de agua por kilogramo de huevo a granel, comparada con 135 litros de agua necesarios para producir un huevo, frente a los 140 litros requeridos para una taza de café. Esta eficiencia coloca al huevo argentino como la proteína animal con menor impacto hídrico, superando a otros alimentos como la leche y las patatas.
La investigación, que involucró a 10 empresas avícolas —cinco de las cuales ya obtuvieron certificación—, abarcó todas las etapas del ciclo de producción, desde la granja de recría y postura hasta la clasificación. El impacto ambiental se distribuye principalmente en la producción de piensos (60,3%) y la etapa de postura (25,1%), con contribuciones menores de la recría (13,9%) y la clasificación (0,8%).
El estudio se realizó conforme a las normas internacionales ISO 14040, ISO 14044, ISO 14067, y ISO 14046, garantizando la validez de los resultados. CAPIA destacó que este análisis no solo confirma la excelente performance ambiental de la industria avícola argentina, sino que también establece un estándar internacional en sostenibilidad para la producción de huevos.
