Por Agroempresario.com
Investigadores del INTA Salta proporcionan recomendaciones para que los ganaderos del Chaco Semiárido enfrenten la sequía, evaluando la carga animal y aplicando estrategias como la carga conservadora y flexible para asegurar la rentabilidad.
En la región del Chaco Semiárido, hogar de más del 80 % del ganado bovino de la provincia de Salta, los productores enfrentan desafíos significativos debido a la variabilidad en las precipitaciones. Con la posibilidad de que las temporadas secas se vuelvan más frecuentes, los especialistas del INTA Salta ofrecen recomendaciones para que los productores de cría bovina puedan enfrentar estos eventos de manera efectiva.
Según el investigador Nicolás Varlamoff, "la producción bovina de cría es la base de la economía de muchas familias rurales de la región". La sequía no solo impacta la producción y el medio ambiente, sino que también afecta el empleo y la estabilidad económica de los pequeños y medianos productores.
Uno de los principales desafíos es la fluctuación en la producción de forrajes, que puede variar hasta un 30 % entre años de precipitaciones normales y años de sequía. Esta variabilidad convierte a los sistemas ganaderos extensivos en altamente sensibles a la falta de agua. El régimen de precipitaciones, que varía tanto en espacio como en tiempo, es el principal factor que condiciona la producción de recursos forrajeros, explicando el 83 % de la variación en el crecimiento del forraje.
Los efectos de las sequías en los sistemas ganaderos se transmiten en cascada. Primero, disminuye la producción de pasturas y la biomasa disponible. Luego, la menor oferta y calidad del forraje reduce el consumo de alimento, resultando en la pérdida de condición corporal del ganado. Esto afecta la performance reproductiva, llevando a una menor cantidad de terneros en los años siguientes.
Para enfrentar estos desafíos, Varlamoff sugiere varias estrategias. Una de ellas es utilizar una carga animal conservadora, que proporciona mayores ingresos con menos riesgos. En regiones propensas a sequías, se recomienda que el rodeo de reproductores represente entre el 50 % y el 70 % de la capacidad total de carga del establecimiento, basado en años de precipitaciones normales. Esta estrategia permite mantener el número de vientres en años secos, evitando la descapitalización y la necesidad de comprar alimentos adicionales a precios altos.
Otra estrategia es manejar una carga flexible, adaptada a la oferta forrajera existente. Esto implica mantener una proporción mayor de animales de recría, que actúan como amortiguadores en años secos, generando una carga baja y estable de vientres. Esta estrategia requiere monitorear continuamente el forraje disponible y tomar decisiones oportunas sobre la venta o descarga de ganado.
Varlamoff concluye que es crucial implementar políticas públicas orientadas a la prevención. Las decisiones reactivas, tomadas cuando los efectos de la sequía ya son evidentes, suelen ser tardías y costosas. Por lo tanto, es recomendable enfocar las estrategias de mitigación en el uso eficiente del recurso forrajero, adecuando la carga animal y evitando la compra de alimentos externos o la venta forzada de ganado.
Estas recomendaciones del INTA Salta buscan proporcionar a los productores herramientas prácticas para enfrentar la sequía de manera efectiva, asegurando la sostenibilidad y la rentabilidad de sus sistemas ganaderos en el Chaco Semiárido.