Creador de empresas ligadas a la enogastronomía que, según él, funcionan como “pequeñas embajadas del vino argentino”, Alejandro Vigil repasó en el reciente Congreso Aapresid la actualidad del mercado vitivinícola.
“Soy enólogo, jefe de la bodega Catena Zapata, fundador de El Enemigo Wines y tengo empresas enogastronómicas. Además tenemos un join venture con Quilmes y trabajamos en cervezas especiales, en barriles, y tenemos una empresa de tecnología que desarrolla un software para la eficiencia en la logística”, comentó en diálogo con Infocampo.
El grupo empresarial que comanda Vigil apunta al desarrollo de productos alimenticios de “alta calidad”. Entre las líneas de trabajo actuales se encuentran los tomates antiguos y también esparragueras de variedades autóctonas.
Algo de todo ese espíritu decantó en lo que hoy es Almacén Labrar, la marca bajo la cual se comercializan productos de conserva.
“Tenemos algunos emprendimientos fuera de Mendoza: estamos desarrollando desde hace tres años en España una pequeña bodega en la zona del Gredos, donde tengo de socia también a Adriana Catena. Estamos produciendo seis vinos de los cuales dos son de Marsellan. Son 7 viñedos. Pero en España también trabajamos con dos parrillas y hace 6 meses abrimos una ‘pequeña embajada’ del vino en Miami”, enumeró Vigil.
El universo del fundador de El Enemigo alcanza también a dos vinotecas en Buenos Aires, y una cervecería en Neuquén. “Y estamos desarrollando una idea enogastronómica camino a Los Cardales. No sé si me estoy olvidando de algo”, apuntó Vigil
“Tengo tiempo para mí, porque trabajo con equipos desde hace larga data”, aseguró. El camino de Alejandro Vigil en Catena Zapata comenzó a principios del siglo XXI, y busca mantener el ingreso permanente de sangre joven a los grupos de trabajo.
“Van entendiendo cuál es el trabajo de equipo y de innovación. A una idea la seguimos todos”, explicó.
Sin embargo, la rutina de Vigil no termina en el costado empresarial: actualmente es el presidente de Wines of Argentina por segunda vez. Y desde ese costado le toca también la labor de promoción de la industria del vino argentino, pero también el de acercar puertas adentro del país aquellas tendencias que se dan en el mundo.
El caso de los vinos desalcoholizados es uno de ellos y genera encuentros y desencuentros permanentes en la cadena, con empresarios dispuestos a lanzarse a la aventura de captar nuevos mercados, y otros que esperan a una demanda mayor y más concreta.
Vigil convalidó esta práctica y la observa como una oportunidad para el vino argentino.
“El vino desalcoholizado es un proceso necesario y un segmento en el que el vino tiene que estar presente, es fundamental”, expresó.
Y sumó: “Vinos de bajo alcohol y vinos de cero alcohol nos permitirán llegar a segmentos en los que no estamos, y dar una solución a una parte de la viticultura que podríamos perder”.
Pero a la vez, la producción de cannabis y su ingreso a la producción agrícola y en el ciclo de los productores es algo que por estos días mira de reojo. “Habrá problemas con el agua”, adelantó.
“El cambio de hábito es muy fuerte y estamos frente a un problema social a futuro. Pasó lo mismo con el tabaco, y los médicos fumaban en la sala de parto porque decían que ‘era bueno para la salud’. Estoy viendo el mismo proceso con el cannabis”, expresó.
“Y en Mendoza mirado desde el recurso hídrico habrá una pelea competencia con el vino. Obviamente que de legalizarse será mucho más sostenible un cultivo de marihuana que uno de vid, pero creo que perderíamos una parte muy importante de nuestra cultura y eso tendrá un impacto fuerte en la segunda industria de la provincia, que es la enogastronomía”, cerró.
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