Soja: ROSARIO
$280.000 0.00%
Maíz: ROSARIO
$183.500 -0.70%
Trigo: ROSARIO
$198.500 -0.50%
Por Agroempresario.com
El reciente desplome en el precio de la soja, la principal commodity de exportación argentina, ha generado un escenario incierto para el ingreso de divisas en el país. Ayer, la soja cerró en 360,5 dólares por tonelada, su nivel más bajo desde 2006, lo que podría afectar tanto el flujo de dólares como la recaudación fiscal, factores críticos en la economía argentina.
A pesar de esta baja significativa, que se intensificó con una pérdida de 14 dólares en una sola jornada, la reacción de los exportadores aún es incierta. La baja en los precios no ha incentivado una mayor liquidación de granos; por el contrario, las liquidaciones se han ralentizado, con aproximadamente dos tercios de la cosecha aún sin vender, lo que representa unos 10.000 millones de dólares pendientes de ingreso.
El titular de la Cámara de la Industria Aceitera y el Centro Exportador de Cereales (CIARA-CEC), Gustavo Idígoras, planteó al Gobierno la posibilidad de reducir en 8 puntos las retenciones a la soja para asegurar un ingreso adicional de al menos 5.000 millones de dólares en los próximos meses. Sin embargo, esta propuesta no encontró eco en el equipo económico, que se mantiene firme en no modificar las actuales condiciones.
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El derrumbe del precio de la soja no es el único desafío en el panorama económico. Juan Pablo Ronderos, socio de la consultora MAP, advierte que, aunque el volumen de divisas generado sea alto, el balance cambiario del año podría cerrar con un déficit de 1.200 millones de dólares. "Todavía hay tiempo para ajustar, pero la tarea no es fácil", comentó Ronderos, destacando la necesidad de despejar la incertidumbre que pesa sobre el mercado financiero y la economía real.
A pesar de las tensiones, el Gobierno insiste en que no se modificará la política de retenciones, una postura que podría dificultar aún más la situación para los productores y exportadores que buscan estabilidad en un contexto económico complejo. Mientras tanto, el precio de la soja sigue siendo un barómetro crucial para el futuro económico de Argentina.
