El Senado de la Nación está próximo a considerar un proyecto de ley de suma importancia, orientado a proteger el Agujero Azul de las prácticas de pesca internacional, específicamente la pesca de fondo. Este proyecto no solo busca preservar los ecosistemas marinos bajo la jurisdicción argentina, sino también establecer un Área Marina Protegida Bentónica que permitirá a la nación exigir altos estándares de conservación para la columna de agua, en consonancia con la futura ratificación del Tratado de Alta Mar. Además, esta iniciativa rendirá homenaje a los restos del submarino «ARA San Juan» y su tripulación, que descansan en esta área.
El 18 de junio de 2024, Argentina adhirió al Acuerdo sobre la Conservación y Uso Sostenible de la Biodiversidad Marina más allá de las Jurisdicciones Nacionales, conocido como Tratado de Alta Mar, en el marco de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (CONVEMAR). Este acto ha sido ampliamente celebrado por las principales organizaciones de la sociedad civil que trabajan en la conservación marina en Argentina, incluyendo AquaMarina, Aves Argentinas, Fundación Ambiente y Recursos Naturales, Fundación Cambio Democrático, Fundación Patagonia Natural, Fundación Temaikèn, Fundación Vida Silvestre Argentina, Global Penguin Society, Greenpeace Argentina, Instituto de Conservación de Ballenas, ProyectoSub y WCS Argentina. Estas entidades instan al Senado a tratar con urgencia y aprobar el proyecto de ley que busca la protección del Agujero Azul, un área de 148,000 km² de fondos marinos bajo soberanía nacional. La aprobación de este proyecto en 2024 es fundamental, ya que de no lograrse, perderá su estatus parlamentario.
Argentina ejerce derechos de soberanía sobre la exploración, explotación, conservación y administración de los recursos naturales en su Zona Económica Exclusiva (ZEEA), que se extiende hasta las 200 millas marinas, según lo establecido en la Ley N° 23.968. El Agujero Azul, localizado más allá de esta ZEEA, en la región aguas afuera a la altura de Chubut y Santa Cruz, es un área de alta biodiversidad y riqueza productiva, actualmente amenazada por la pesca no declarada y no reglamentada llevada a cabo por flotas internacionales.
En 2019, Argentina incorporó a su territorio los espacios de plataforma continental extendida mediante la Ley 27.557, lo que abrió una oportunidad para proteger el fondo marino del Agujero Azul y su biodiversidad. En 2022, por la iniciativa de legisladores comprometidos con la conservación, la Cámara de Diputados aprobó una ley para la creación del Área Marina Protegida Bentónica Agujero Azul. Si el Senado aprueba esta ley este año, consolidará la soberanía argentina en la región, reafirmará su presencia estratégica en el Atlántico sudoccidental y frenará la explotación descontrolada por parte de flotas internacionales. Además, esta área protegida establecerá un precedente global en la conservación y gestión responsable del lecho marino en las plataformas continentales extendidas.
La creación de áreas marinas protegidas es fundamental para conservar la biodiversidad, restaurar ambientes, mejorar la resiliencia de las poblaciones silvestres ante las presiones humanas y contribuir a la adaptación y mitigación del cambio climático. El Área Marina Protegida Agujero Azul, situada en el lecho marino, permitirá preservar 148,000 km² de fondos marinos (equivalentes al 8% de la plataforma continental), incluyendo ecosistemas de alta diversidad como jardines de corales blandos, arrecifes de corales de agua fría, diversas especies de equinodermos, campos de esponjas, moluscos y crustáceos, según reza el propio proyecto. Asimismo, protegerá extensos cañones submarinos que son de vital importancia para la conectividad y circulación entre la plataforma y la cuenca oceánica profunda, además de conservar recursos genéticos y promover la captura y almacenamiento de carbono, factores clave en la lucha contra el cambio climático.
Cabe destacar que esta área alberga los restos del submarino «ARA San Juan» y su tripulación, constituyendo un sitio de memoria para los tripulantes argentinos.
El Agujero Azul se encuentra más allá de la milla 200, en un sector de plataforma continental con profundidades menores a 200 metros, y está sometido a una intensa presión de pesca de fondo por parte de flotas internacionales que operan sin regulación ni control. Estas prácticas destructivas no solo devastan el fondo marino, con barcos que como el Lodairo español no siendo apto para la pesca en aguas de origen, sino que también capturan recursos transzonales, destruyen hábitats bentónicos vulnerables y contribuyen a la crisis climática mediante la liberación de carbono. La pesca de fondo, al no ser selectiva, genera un alto volumen de descartes de especies no comerciales que son devueltas muertas al mar. Además, una flota internacional de poteros se dedica a la pesca de calamar en la columna de agua, sobre la cual Argentina no tiene derechos soberanos pero que ademas hacen practicas permisivas con el medio ambiente.
Los océanos cubren el 70% de la superficie terrestre, y los espacios de Alta Mar representan el 64% del océano y casi el 95% de su volumen. El Tratado de Alta Mar establecería un marco legal para regular las actividades en estas áreas, asegurando la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad marina a través de la cooperación y coordinación internacional. Hasta la fecha, 91 países han firmado el acuerdo, pero se requiere la ratificación de al menos sesenta para conformar el organismo regulador internacional previsto. En junio, Argentina firmó su adhesión, pero aún falta la ratificación por parte del Congreso.
La creación del Área Marina Protegida Bentónica Agujero Azul permitirá a Argentina, una vez en vigor el Tratado, exigir los más altos niveles de protección para la columna de agua internacional que cubre esta área. Esta combinación de medidas nacionales e internacionales facilitará una conservación integral de este destacado espacio en el Atlántico sudoccidental.
En julio, representantes de las organizaciones argentinas del Foro para la Conservación del Mar Patagónico y Áreas de Influencia se reunieron con la Senadora Nacional por Chubut y presidenta de la Comisión de Ambiente y Desarrollo Sustentable del Senado, Edith Terenzi, quien expresó su apoyo para el pronto tratamiento de este proyecto en la Cámara Alta.
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