La gastronomía ha cumplido un rol central en la evolución humana. Y los hechos más relevantes de la historia argentina no fueron ajenos a esa máxima.
La alimentación durante el Cruce de los Andes, en 1817, cumplió un papel clave para llenar de energía a los protagonistas. Se cumple un nuevo aniversario de la muerte del general José de San Martín y es interesante revisar esos momentos.
En plena gesta libertadora, el ejército de San Martín se alimentaba con un guiso vigoroso conocido como charquicán cuyano, de origen quechua. Este plato se preparaba con charqui, ají molido y grasa, y sólo requería agua para dejarlo listo.
Este era uno de los platos favoritos del prócer al igual que el clásico asado criollo comido durante sus campañas, después de cada batalla.
El charqui, carne ahumada y seca, era esencial para la conservación de alimentos antes de la invención de las heladeras. El charquicán es un guiso preparado con cualquier tipo de charqui: de cerdo, vaca, o incluso pescado. Aunque hoy en día se cocina con carne fresca, este plato de carne, legumbres, verduras, ajíes y, a veces, huevo, mantiene su nombre original.
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