Eran otros tiempos cuando Chubut aún no era una provincia, sino un vasto territorio donde las visiones de una argentina productiva, emergían en los sueños de aquellos que tomaron estas tierras.
En este contexto, hacia 1898, este campo ubicado a 15 kilómetros de la ciudad de Puerto Madryn, fue mensurado y alambrado, como se hacía con todos los campos, por iniciativa del Estado Nacional, de aquel entonces.
Recién en 1953, Guillermo Rawson, su primer dueño privado, lo compró y lo nombró como “Estancia San Guillermo”, en honor a su padre.
La producción ovina en la estancia duró hasta la década del 70, cuando la actividad comenzó a decaer “hoy el 50% de la Patagonia está desocupada” se lamenta Alfredo Casado, actual titular de la estancia de 5.000 hectáreas.
“Los campos están cerrados, directamente han cerrado muchos de ellos”, afirma Alfredo, quien comenzó con esta actividad de turismo rural en el año 1993 y fue uno de los primeros en realizarla en Chubut.
“Empecé por una necesidad de no saber qué hacer con el campo, porque lamentablemente los campos hoy son negocios sentimentales” asegura, y agrega que muchos dueños no quieren vender porque son herencias de la familia, de los padres o abuelos.
La esquila en vivo atrae la atención de los visitantes.
“Nosotros empezamos a hacer turismo, estamos a 15 kilómetros de Puerto Madryn, primero por necesidad de hacer algo y segundo porque había gente que me pedía estar presente cuando hiciera una esquila. Nos llamaba la atención que había gente que nunca había visto una esquila o una señalada”.
“Empezamos de a poco y hoy ya somos bastante conocidos y trabajamos una época del año con los grupos de estudiantes que va hasta el mes de diciembre. En octubre se mezcla un poco” dice Alfredo, a la vez que nos cuenta sobre las instalaciones de la estancia, que incluyen el galpón de esquila, el quincho que se encuentra enfrente y otra parte que es alojamiento, entre otros espacios dedicados al turismo.
En octubre y noviembre los asistentes a la estancia se mezclan un poco con el turismo extranjero que se aloja y, en diciembre, comienzan a trabajar con los grandes cruceros que vienen a parar a Puerto Madryn.
Las herramientas de esquila.
Una de las grandes problemáticas que tienen los campos de la Patagonia, especialmente los que tienen acceso a alguna ruta, es la sustracción del ganado. Sobre este tema, Alfredo Casado asegura que a los dueños de las estancias con el tiempo “no les queda nada”.
“Yo necesito para hacer esta actividad de esquila en vivo, unas 250 ovejas por toda la temporada, para esta temporada había comprado, tenía algunas ovejas que habían sobrevivido a los ataques de perros y robos y en menos de un mes me quede sin animales”, se lamenta.
“El robo es un arreo, te cargan 100 ovejas y a los delincuentes los agarran, pero los sueltan enseguida, por ese motivo está el 50% de la Patagonia desocupada. Ese es uno de los motivos, por otro lado, la lana tiene un bajo precio internacional, no hay nada que te incentive a producir” asegura el dueño de Estancia San Guillermo.
El interior del galpón de esquila.
Algunos de los turistas internacionales que se acercan a la Estancia San Guillermo, tienen campos en otras partes del mundo, “no sé si los sorprende, pero si quieren ver como se esquila acá, qué métodos usamos, qué tipo de suelo y pastura tenemos”, nos cuenta Alfredo.
“El turista viene por algo puntual, si se sorprenden porque en Argentina hay muy buenos esquiladores, hay muy buena lana, nosotros tenemos una de las mejores lanas del mundo”, dice mientras señala que Chubut tiene la lana Merino, y que durante las visitas los asistentes pueden adquirir diferentes artículos de muy buena calidad.
A los turistas que llegan, se los recibe con mates y tortas fritas y luego se hace una demostración de esquila en vivo que dura poco más de una hora. Luego viene el almuerzo con cordero, pollo y ensaladas.
“Son tres horas aproximadamente”, describe Casado y nos cuenta que los estudiantes hacen algo similar, aunque se quedan más tiempo en el campo, “algunas veces cerramos un fardo de lana con ellos”.
“Cuando están alojados, también está la posibilidad de juntar ovejas, preparamos los caballos y salimos. Después tenemos actividades en bicicletas, astroturismo (observación del cielo), trekking y fotografía de naturaleza, entre otras”.
En el galpón pueden verse los distintos tipos de lana.
Alfredo Casado, es un apasionado y generoso al compartir sus conocimientos con otros colegas. Nos cuenta que los dueños de otras estancias han ido a San Guillermo “y yo les he dicho a todos como comercializo, qué baterías uso, qué paneles solares, porque me parece muy interesante que no pasen por lo que yo pasé” asegura.
Hoy, Alfredo y su equipo de trabajo encontraron una salida rentable al sistema productivo tradicional, que es la del agroturismo, o turismo rural. Una tendencia en franco crecimiento en nuestro país y en el mundo.
LM Neuquen