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Por Agroempresario.com
En la reciente edición del Congreso Aapresid, la sostenibilidad en la agricultura tomó protagonismo con un enfoque centrado en la preservación de los suelos, un recurso esencial para garantizar la rentabilidad y la viabilidad del sector a largo plazo. Bajo el lema "Invisible pero imprescindible", especialistas del ámbito público y privado discutieron estrategias para mejorar la calidad del terreno y adoptar prácticas agrícolas que favorezcan la captura de carbono, la biodiversidad y la productividad sostenida.
Pilu Giraudo, vicepresidenta del INTA y presidenta honoraria de Aapresid, inauguró el evento subrayando la relevancia de los suelos en la cadena de producción alimentaria. "Es esencial que comprendamos la importancia de cuidar la base misma de nuestra agricultura, un recurso que, aunque no siempre visible, es crucial para la vida", afirmó Giraudo.
Este reconocimiento al papel fundamental de la tierra en la agricultura moderna sentó las bases para un diálogo que se centró en cómo el sector puede contribuir no solo a la sostenibilidad, sino también a la mitigación del cambio climático a través de la captura de carbono y la mejora de la salud del suelo.
Marcelo Arriola, miembro del Comité Ejecutivo de Aapresid, destacó la capacidad de la agricultura para capturar carbono atmosférico, transformándolo en materia orgánica que enriquece los suelos. "Cada técnico y agrónomo debe entender la importancia de capturar carbono para mejorar sus tierras", afirmó Arriola, quien señaló que la siembra directa y mantener los campos verdes son prácticas cruciales en este proceso.
Estas estrategias no solo mejoran la fertilidad del terreno, sino que también contribuyen a la lucha contra el cambio climático al reducir la concentración de gases de efecto invernadero.
No obstante, Hernán Sainz Rosas, investigador de INTA Balcarce y del CONICET, advirtió sobre las dificultades que enfrentan los agricultores que operan bajo contratos de arrendamiento a corto plazo, un esquema que predomina en la región pampeana. Según Sainz Rosas, este modelo limita la implementación de prácticas sostenibles, ya que los arrendatarios tienden a priorizar los beneficios económicos inmediatos, lo que puede llevar a la degradación de los suelos.
Para contrarrestar estos efectos, Sainz Rosas propuso la extensión de los contratos de arrendamiento, permitiendo a los productores invertir en la mejora y sostenibilidad de los terrenos a largo plazo.
Mariano López Mazzeo, representante de la Fundación Barbechando, subrayó la necesidad de actualizar y reforzar el marco legal argentino en materia de conservación de suelos. Recordó la Ley Nacional 22428 de “Fomento para la Conservación de Suelos”, una normativa clave que, lamentablemente, ha perdido vigencia por la falta de fondos desde 1989.
López Mazzeo destacó que, aunque algunas provincias han implementado sus propios programas de conservación, es crucial desarrollar políticas públicas a nivel nacional que promuevan la sostenibilidad de los suelos y que involucre tanto al sector público como al privado.
Ana María Vidal de Lamas, subsecretaria de Ambiente de la Nación, concluyó el congreso enfatizando la importancia de actualizar las normativas para integrar las nuevas tecnologías y prácticas agrícolas sostenibles. Vidal de Lamas destacó que los agricultores de hoy son más conscientes del impacto ambiental de sus actividades y que la legislación debe reflejar esta evolución.
La subsecretaria alertó sobre la creciente degradación de las tierras en Argentina, subrayando la urgencia de implementar políticas de producción sostenible. Además, resaltó el papel crucial de las organizaciones del sector privado, como Aapresid, en promover prácticas que aseguren la conservación y mejora de los suelos.
El Congreso Aapresid 2024 concluyó con un llamado a la acción conjunta de los sectores público, privado y científico para desarrollar políticas y prácticas que aseguren la sostenibilidad de los suelos. Solo a través de un esfuerzo coordinado se podrá preservar este recurso vital para las generaciones futuras y garantizar una agricultura próspera y responsable en Argentina.
