Por Agroempresario.com
En el remoto norte argentino, más allá de los destinos turísticos convencionales, se esconde un auténtico paraíso termal: las Termas de Jordán. Este rincón oculto en la provincia de Jujuy, a unos 160 kilómetros de San Salvador de Jujuy, sorprende a quienes se aventuran a descubrirlo con sus aguas turquesas que evocan la serenidad del Caribe.
Las Termas de Jordán se encuentran en San Francisco, una localidad enclavada en el Departamento de Valle Grande. Para llegar a este oasis, es necesario tomar la Ruta Provincial 83, atravesando el Parque Nacional Calilegua, y luego emprender una caminata de 16 kilómetros a través de un sendero de dificultad media a alta. La travesía, que toma alrededor de 3 horas para el descenso y 3 horas y media para el regreso, ofrece vistas impresionantes de la vegetación exuberante y los imponentes picos jujeños.
Alternativamente, algunos visitantes optan por realizar el trayecto a caballo, disfrutando de un paseo panorámico que añade un toque especial a la experiencia. Sin embargo, es crucial planificar la visita entre abril y octubre, ya que las lluvias estivales pueden enfriar las aguas y dificultar el acceso a las termas.
Una vez allí, los visitantes son recibidos por una serie de pileta naturales con aguas de color turquesa y una temperatura promedio de 30ºC. Estas aguas, ricas en azufre y otros minerales, ofrecen beneficios terapéuticos, aunque se recomienda no permanecer en el agua por más de 30 minutos debido a la alta concentración de minerales. La profundidad de las pileta varía entre 30 cm y 2 metros, proporcionando una experiencia relajante en un entorno natural impresionante.
Las Termas de Jordán representan una oportunidad única para quienes buscan un escape de la rutina y un contacto profundo con la naturaleza. Con su combinación de belleza natural, aguas terapéuticas y un trekking desafiante, este destino se posiciona como una joya escondida en el norte argentino, ideal para los aventureros y amantes del turismo de bienestar.