Por Agroempresario.com
La reciente recuperación en la producción de soja y la creciente demanda internacional han permitido que los ingresos de camiones a los puertos del Gran Rosario experimenten un notable aumento, duplicando las cifras de años anteriores. Este resurgimiento se traduce en un ritmo de operaciones que, a pesar de una desaceleración momentánea, ha comenzado a alcanzar niveles previos a la crisis del sector.
A lo largo de septiembre, el flujo promedio de camiones con soja llegó a más de 600,000 toneladas por semana, aunque en la segunda semana del mes se registró una caída a 380,000 toneladas, la segunda cifra más baja desde el inicio de la campaña. A pesar de esta baja, el panorama general es alentador: hasta la mitad del mes, se habían comercializado cerca de 28 millones de toneladas de soja, dejando aún un 43% del total por vender.
El mercado de Rosario ha visto un aumento en la cotización de la soja, que alcanzó USD 292 por tonelada, gracias a una sólida demanda por parte de los compradores extranjeros. Este incremento de precios, sumado a un tipo de cambio favorable para los exportadores, ha impulsado la actividad en el sector. En comparación con el mes anterior, la cotización en dólares subió un 4%.
La situación se complica por la fuerte participación de soja importada en la producción nacional. Hasta agosto, se estima que se importaron cerca de 4 millones de toneladas para complementar la oferta local, además de 421,000 toneladas adicionales en septiembre. Este fenómeno responde a la competitividad de los precios internacionales, que han permitido que las fábricas argentinas opten por la soja de otros países como Brasil, Paraguay y Bolivia.
Pese a la adversidad de la campaña anterior, los ingresos acumulados de camiones en 2024 han superado los niveles del año pasado, aunque todavía no alcanzan el promedio histórico. Sin embargo, la alta actividad en el sector exportador ha permitido que la cantidad de toneladas exportadas cubra un 96% de las Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior, un avance significativo frente al promedio histórico.
No obstante, las expectativas para la próxima campaña de maíz están en riesgo debido a la amenaza de la plaga de la chicharrita, lo que podría disminuir la intención de siembra de maíz en un 21%. Esto refuerza la necesidad de una atención constante a los desafíos que enfrenta el sector agropecuario.
La combinación de una demanda sostenida y la recuperación de la producción son señales esperanzadoras para el futuro del sector agropecuario argentino. Mientras tanto, el mercado se mantiene alerta a los cambios en las condiciones climáticas y las fluctuaciones de los precios internacionales, que seguirán influenciando las decisiones de los productores y exportadores.
Con estas dinámicas en juego, Agroempresario.com continuará monitoreando de cerca la situación para proporcionar a nuestros lectores la información más relevante sobre el desarrollo del sector agropecuario y su impacto en la economía nacional.