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Por Agroempresario.com
La Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires aprobó en primera lectura la reforma del Código Urbanístico (CUR), impulsada por la administración de Jorge Macri. La votación, que se realizó con 32 votos a favor de Vamos por Más y aliados, tiene como objetivo la preservación de los barrios con edificaciones bajas y la concentración de grandes construcciones en avenidas.
El proyecto, que fue debatido durante más de un mes, incluye cambios significativos en las Unidades de Sustentabilidad de Altura Baja (USAB), que regulan las edificaciones hasta 14,60 metros. Con la reorganización de estas unidades, se busca evitar el surgimiento de departamentos en altura en los barrios y trasladar esta capacidad constructiva a corredores y avenidas. También se reestablecen los centros libres de manzana, limitados desde 2018, lo que permitirá recuperar espacios verdes.
Uno de los puntos más controvertidos del debate fue la propuesta de incluir un artículo que obligaba a que los edificios de más de 25 unidades contaran con una vivienda destinada a los encargados de la portería. Este punto generó tensiones y acusaciones entre los bloques, lo que retrasó el inicio de la sesión por más de cinco horas. Finalmente, se excluyó esta cláusula de la versión final del proyecto.
La legisladora oficialista Paola Michielotto destacó que la aprobación es “un primer paso para seguir trabajando” y enfatizó la importancia de preservar la identidad barrial en la planificación urbana. En este sentido, comentó que “los verdaderos protagonistas de este trabajo son los vecinos”, quienes serán escuchados en futuras instancias del proceso legislativo.
En la sesión, también se introdujo la herramienta de “capacidad constructiva adicional”, que busca fomentar la inversión en el sur de la ciudad y revitalizar áreas con deterioro urbano. “Se buscó actualizar el Código Urbanístico para lograr un mayor equilibrio entre el norte y el sur de la ciudad”, declaró Manuela Thourte, presidenta del bloque de UCR-Evolución.
Sin embargo, la oposición no tardó en expresar su descontento. La diputada de La Libertad Avanza, Pilar Ramírez, cuestionó el proyecto al considerarlo “de puras pretensiones”, mientras que Gabriel Solano, del Frente de Izquierda, denunció que este nuevo código provocará “una expulsión del vecino y del trabajador del sur de la ciudad”.
El proyecto ahora requiere de una segunda aprobación, lo que incluirá una audiencia pública hacia finales de octubre para garantizar la participación ciudadana. Durante esta fase, se discutirán temas como la denominación de las plazas de la ciudad como “urbanización parque” y la incorporación de barrios populares dentro de la normativa urbana.
La reciente reforma del CUR marca un hito en la planificación urbanística de Buenos Aires, reflejando las tensiones y negociaciones entre diferentes actores políticos y la ciudadanía en un contexto de creciente preocupación por la identidad y calidad de vida en los barrios porteños.
