El sendero de Wadi Rum: la nueva ruta de senderismo de larga distancia de Jordania

Mi guía beduino Abdallah nos guió hasta los riscos de Jebel Umm Ishrin (1.753 m), la escarpada pared oriental del valle más espectacular de Jordania: Wadi Rum . Aunque hoy en día se considera uno de los paisajes desérticos más impresionantes del mundo, pocos forasteros habían oído hablar de Wadi Rum en 1917, cuando el arqueólogo y escritor británico TE Lawrence lo recorrió y describió esta pared oriental como "una enorme muralla de color rojizo".

Cuarenta y cinco años después, su viaje inspiró la película Lawrence de Arabia, que efectivamente dio a conocer Wadi Rum al mundo exterior.

Mucho antes de Lawrence, los beduinos locales trepaban a vertiginosas alturas en estos acantilados, abriendo vertiginosos caminos para atravesar los estrechos huecos de las montañas, alcanzando sus fisuras más internas y bordeando sus cumbres cubiertas de cúpulas en busca de cabras montesas.

Mientras Abdallah y yo seguíamos sus pasos, trepando por la hendidura de Umm Ejil (también conocida como el cañón de Rakhabat), el pasaje se estrechaba y las paredes de roca mostraban nichos erosionados y delicadas columnas naturales, como si marcaran el acceso a un antiguo santuario. Jadeando, me dejé caer en un banco de arenisca negra para descansar junto a Abdallah. Estábamos en lo más profundo del corazón de Jebel Umm Ishrin, envueltos en su silencio, hasta que un silbido parecido a un humano rompió de repente el silencio. Estiré el cuello para escudriñar los acantilados circundantes. Desde hace mucho tiempo se ha considerado que esos lugares altos y ocultos son los escondites de los genios mágicos.

Abdallah sonrió: un estornino, explicó. Su silbido de dos voces es un sonido familiar en la meseta circundante de Hisma.

De los cientos de kilómetros de desierto de arena roja de la zona, la mayor parte del cual se extiende más allá de la frontera con Arabia Saudita, la franja de Jordania es, con diferencia, la más conocida. Es este tramo, centrado en la zona protegida de Wadi Rum , declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, que Lawrence, hechizado, describió como "mágicamente embrujada" y "vasta, resonante y divina". En las últimas décadas, este terreno extraterrestre ha servido de telón de fondo para numerosas películas de gran éxito, entre ellas Prometeo (2012), The Martian (2015), Star Wars: El ascenso de Skywalker (2019) y Dune (2021 y 2024).

Fue también aquí, tras años de cuidadosa exploración por parte de un grupo de amigos beduinos y británicos, donde en febrero de 2023 se dio a conocer una nueva ruta de senderismo de larga distancia: la Ruta de Wadi Rum . Este circuito de 10 días en el sentido de las agujas del reloj serpentea 120 km desde Jebel Umm Ishrin y abarca lo mejor de los paisajes de ensueño de Wadi Rum, aventurándose mucho más allá de los senderos trillados para vehículos 4x4 y adentrándose en el corazón del Área Protegida. Como explicó uno de los cocreadores de la ruta, Ben Hoffler, se trata de una rica amalgama de senderos beduinos: "Entre los caminos que une se encuentran senderos para caminar, senderos de pastores, senderos de camellos, rutas de caza, rutas de contrabando [y] parte de la antigua darb al-hajj (ruta de peregrinación) a La Meca".

Hoffler ha pasado más de una década abriendo caminos de montaña en la región, incluidos los senderos de las montañas del Sinaí y el Mar Rojo en Egipto y el Sendero Beduino , una ruta transcontinental de 1.200 kilómetros que une Jordania con el Alto Egipto. Aun así, para Hoffler, Wadi Rum tiene un atractivo distintivo y duradero. "Las montañas se elevan y se elevan de una manera que tiene una grandeza que no he visto en otras partes de la meseta de Hisma. [Wadi Rum] también alberga una cultura beduina que sigue siendo en muchos sentidos más tradicional que la que se encuentra en las partes de Arabia Saudita de Hisma... Tiene una sensación especial".

Al igual que la ingeniosa civilización nabatea que construyó Petra muchos siglos antes que ellos, los Zalabieh (la comunidad beduina más importante dentro del Área Protegida en la actualidad) se sintieron atraídos a Wadi Rum por los manantiales perennes que brotan en la base de Jebel Rum, el majestuoso macizo que se eleva sobre el valle justo enfrente de Jebel Umm Ishrin. Las paredes de roca que rodean los manantiales, repletas de matorrales de menta silvestre, están adornadas con antiguas inscripciones tamúdicas y griegas, junto con varios santuarios claramente nabateos.

Sin embargo, hasta hace apenas unas pocas generaciones, el poblado beduino situado en la base de Jebel Rum era poco más que un grupo de tiendas de pelo de cabra. Gracias a los esfuerzos del gobierno desde la década de 1930, la mayoría de los beduinos de aquí (como en el resto de Jordania) se han establecido de forma permanente, y los todoterrenos han sustituido a los camellos y el turismo en 4x4 ha impulsado la economía local. La mayoría de estos recorridos se dirigen hacia el sur, siguiendo el valle por una autopista de pistas.

En cambio, el sendero Wadi Rum asciende hacia el este, por las sinuosas entrañas de las montañas, y desde el principio se pierde la multitud. Diez días después, termina donde empezó, con descensos en rápel cada vez más espeluznantes por la cara de Jebel Rum que te llevan de nuevo a los manantiales.

Creando el sendero

El escalador y aventurero Tony Howard se sintió atraído por primera vez por Wadi Rum en la década de 1980 y desde entonces ha desempeñado un papel fundamental a la hora de poner a Wadi Rum en el mapa turístico. Al explorar y publicar las primeras rutas de escalada de la región, entabló amistades duraderas con los miembros de Zalabieh y quedó profundamente impresionado por su hospitalidad y su conocimiento del terreno escarpado.

Después de que Howard y Hoffler recorrieran juntos el Sendero del Sinaí en Egipto, ambos comenzaron a colaborar con los amigos de Howard en Wadi Rum (entre ellos, los ancianos de Zalabieh) para crear un sendero de larga distancia similar en Jordania.

Al igual que otros proyectos de Hoffler en Egipto, el sendero de Wadi Rum fue diseñado teniendo en cuenta tanto a los excursionistas como a los lugareños. Aunque se permite recorrerlo por cuenta propia, los creadores están convencidos de que la experiencia más gratificante se vive en compañía de guías beduinos.

"El sendero Wadi Rum es, ante todo, un homenaje a los beduinos de Wadi Rum", afirma Howard. "Conocen la zona, su flora y fauna a la perfección gracias a sus conocimientos ancestrales, y siempre son una buena compañía y una experiencia divertida".

"Hay muchos corazones en este sendero", dijo Sabbah Eid, un anciano de Zalabieh. "Es una hermosa experiencia con la naturaleza y la vida de los beduinos, lejos de las comunicaciones y la vida moderna... le da un espíritu especial al lugar: una calma absoluta". Como explicó Eid, gran parte del impulso para la creación del sendero fue apoyar a la comunidad beduina, conectando a "una nueva generación de jóvenes para que trabajen en este sendero, en lugar de hacerlo con excursiones en automóvil".

Hoffler cree que las iniciativas lideradas por los beduinos, como la ruta Wadi Rum, pueden ayudar a preservar el entorno natural y el patrimonio cultural de los beduinos. "Si la historia nos ha demostrado algo es que los beduinos sabían cómo vivir de manera sostenible en la naturaleza", afirmó Hoffler.

Caminando por el sendero

Aunque recorrer el sendero completo lleva diez días, quienes no tengan mucho tiempo pueden hacerlo en pequeñas porciones, como opté por hacer yo, empezando por la primera de las seis secciones de la ruta : la travesía de Umm Ejil, que conduce a las espectaculares dunas de Wadi Umm Ishrin , donde los acantilados circundantes esconden un tesoro de petroglifos e inscripciones nabateas y tamúdicas. Trepando por otra elevación escarpada, la extensión arenosa de la cuenca de Khor al-Ajram se extiende hacia el sur. Después de atravesar el magnífico cañón de Abu Khashaba, escalamos Jebel Birda (1.574 m) y nos situamos en la cima de su enorme arco de roca. Las vistas desde la cresta de Birda abarcan el mayor de los macizos de arenisca de Wadi Rum al norte, oeste y sur.

Desde aquí, el sendero se dirige al este, dejando atrás los campamentos y las arenas del paisaje clásico de Wadi Rum para adentrarse en las desoladas mesetas , una de las secciones más solitarias de la ruta. Luego se arquea hacia el sur a lo largo de una antigua ruta de camellos, pasando por antiguos cementerios, más inscripciones desgastadas por el tiempo y un valle salpicado de rastros de caravanas olvidadas hace mucho tiempo.

El pico más alto de Jordania es el siguiente punto de referencia de la ruta, situado a tan solo 1 km de la frontera con Arabia Saudí: Umm ad-Dami (1.854 m). Las nubes estallaban de color mientras trepaba el último tramo hasta su cumbre rocosa. Salman, mi joven guía beduino para este tramo, me explicó que el nombre del pico está vinculado a un antiguo código beduino de justicia y honor. Las disputas de sangre, conocidas como damm ("sangre"), se han resuelto desde hace mucho tiempo mediante esta ley no escrita. En bastiones beduinos como Wadi Rum, este código sigue vigente hoy en día, y los jeques tribales siguen desempeñando la función de juristas tradicionales junto con las autoridades civiles (o en lugar de ellas).

Mirando hacia el oeste desde la cima, hacia los acantilados de color naranja quemado, me pregunté si el nombre tal vez provendría de su tono oxidado a esa hora. Se levantó una brisa agradable mientras admiraba la sucesión de crestas, que se alzaban sobre enormes olas de arena inmaculada. Justo en ese momento, sentí que mi teléfono vibraba: un mensaje en árabe me daba la bienvenida a Arabia Saudita.

El sendero no entra en Arabia Saudita, sino que gira hacia el noroeste hasta las colinas de Hijaz antes de acercarse a la cumbre final del sendero: Jebel Rum (1.734 m). Durante al menos un siglo, los beduinos han escalado las cumbres de Jebel Rum, donde los conejos y las cabras aún revolotean por sus barrancos boscosos. Para los excursionistas que completan el sendero completo, es un final asombroso, que implica cuerdas, arneses y descenso en rápel de varios largos por la cara occidental de la montaña.  

Al salir del pueblo, les comenté a un puñado de guías mi deseo de regresar y completar el circuito completo. En marcado contraste con los recorridos en 4x4 rápidos y rutinarios que se ofrecen en Wadi Rum, que cada vez incluyen más estadías en cápsulas espaciales de lujo inspiradas en películas como The Martian, el lento y deliberado recorrido del sendero ofrece una experiencia más profunda y visceral, y de una manera mucho más sostenible.

Tatiana Haddad, antropóloga cultural de la Universidad Americana de Beirut, me dijo que tenía la esperanza de que la creación del sendero fuera "un símbolo de la creciente consideración hacia la fragilidad ecológica de Wadi Rum y la vitalidad de su protección". Contrariamente a lo que se cree comúnmente, señaló que "la ecología del desierto es, de hecho, bastante frágil y muchos beduinos ya están teniendo que cambiar su estilo de vida para adaptarse a la degradación de Wadi Rum".

Pero además de preservar el entorno natural de Wadi Rum, salvaguardar el rico patrimonio cultural de la comunidad beduina es el objetivo principal de esta ruta.

"La cultura beduina se encuentra en una encrucijada", afirmó Hoffler. "Si se pierde [el conocimiento ancestral de esta tierra], será una tragedia cultural para toda la humanidad". Para que sobreviva, explicó, "es necesario utilizarlo realmente, aprenderlo, practicarlo y transmitirlo a las próximas generaciones".

BBC