Por Agroempresario.com
La campaña de maíz en Argentina atraviesa una fase crítica. Según el último informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), el 64% de la región núcleo se enfrenta a condiciones de sequía, lo que ha provocado un importante retraso en la siembra. Solo se ha implantado la mitad de la superficie proyectada con el cereal de verano, y las empresas proveedoras de insumos agropecuarios informan que la demanda por parte de los productores ha caído drásticamente.
En este contexto, las compañías afirman que las ventas en las áreas más afectadas apenas alcanzan el 30% del total esperado, mientras que en las zonas con mejores condiciones climáticas las operaciones solo llegan al 45%. Esta situación contrasta con el comportamiento habitual de esta época del año, en la que las ventas deberían estar en torno al 70%. Los productores, desalentados por la falta de precipitaciones, han optado por no realizar compras hasta que el clima muestre signos positivos, algo que también anticipa una reducción en el mercado de fitosanitarios, de acuerdo con lo informado por La Nación.
Diego Napolitano, presidente de la Cámara Empresaria de Distribuidores de Agroquímicos, Semillas y Afines Bonaerense (Cedasaba), expresó su preocupación por el notable retraso en las ventas de insumos en la provincia de Buenos Aires. “En las áreas favorecidas por el clima, deberíamos alcanzar un nivel de ventas del 70%. Sin embargo, estamos apenas en un 45%”, afirmó, citado en el artículo de La Nación. En las zonas más afectadas, como Santa Fe, Córdoba y el norte de Buenos Aires, las ventas rondan un preocupante 30%.
Napolitano explicó que este retraso se debe, en parte, a que muchos productores aún cuentan con stocks elevados y se muestran cautelosos debido a los altos precios, lo que los lleva a posponer sus compras hasta el último momento. En tanto, en las áreas sin lluvias suficientes, ni siquiera se considera la posibilidad de sembrar.
El impacto de la sequía no solo se refleja en la producción agrícola, sino también en el uso de tecnología. “Desde la cámara creemos que el uso de tecnología será considerablemente menor que en años anteriores”, advirtió Napolitano, señalando que, además de las condiciones climáticas, la inflación también juega un rol importante en la caída de las ventas. Desde enero de 2024, los costos del sector han aumentado entre un 28% y un 30%, afectando tanto a distribuidores como a productores, quienes han experimentado una reducción de más del 35% en sus niveles de facturación.
Armando Allinghi, director ejecutivo de la Cámara de la Industria Argentina de Fertilizantes y Agroquímicos (CIAFA), coincidió en que la demanda de insumos ha disminuido notablemente debido a las condiciones climáticas adversas. Además, anticipó una baja en el mercado de fitosanitarios y señaló que la aplicación de productos en barbecho para el control de malezas también ha sido menor. “La sequía ha condicionado la re-fertilización del trigo”, agregó.
Federico Landgraf, director ejecutivo de la Cámara de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes (Casafe), destacó que, a pesar de que el abastecimiento de insumos se ha normalizado en comparación con el año pasado, el clima sigue siendo el principal factor de incertidumbre. “El productor está a la expectativa de que llueva para tomar sus decisiones de siembra”, afirmó Landgraf, y agregó que espera que en las próximas semanas se definan las estrategias de compra para la campaña.
La situación actual pone de relieve la dependencia del sector agropecuario argentino del clima, y cómo las variaciones en las precipitaciones no solo afectan la producción, sino también la planificación y las decisiones económicas de los productores.