Por Agroempresario.com
El Monte Everest, la montaña más alta del mundo con más de 8.848 metros sobre el nivel del mar, continúa creciendo y fascinando a científicos y aventureros por igual. Un estudio realizado por investigadores del University College de Londres (UCL) ha identificado la causa detrás de este fenómeno sorprendente: la erosión causada por el río Arun, ubicado a unos 75 kilómetros de distancia.
Según el estudio, la erosión de la roca provocada por el río ha reducido la masa terrestre en su cuenca, lo que permite que la corteza terrestre se eleve, similar a la forma en que un barco se eleva al soltar carga. "La erosión del Arun, que nace en el Tíbet y fluye hacia Nepal, ha facilitado que la corteza terrestre alrededor del Everest se vuelva más ligera", explicaron los investigadores en el artículo de Infobae.
Este efecto, conocido como rebote isostático, está elevando no solo al Everest, sino también a otros picos cercanos del Himalaya, como el Lhotse y el Makalu, que crecen a un ritmo similar de aproximadamente 2 milímetros anuales. La medición precisa de este ascenso se llevó a cabo mediante instrumentos de GPS, evidenciando así un fenómeno geológico que desafía las nociones convencionales de estabilidad montañosa.
Adam Smith, coautor del estudio, comentó: "El rebote isostático es un proceso similar al que ocurre con las placas de hielo en zonas glaciares: cuando el hielo se derrite, la tierra que estaba bajo la presión de ese hielo se eleva". Este proceso ha permitido que el Everest y sus vecinos continúen creciendo, a pesar de la erosión que también les afecta.
Sin embargo, la investigación del UCL también subraya la complejidad de estos fenómenos. El profesor Hugh Sinclair, de la Universidad de Edimburgo, destacó que existen "incertidumbres significativas en cuanto a las cantidades exactas de material erosionado y los tiempos de incisión del río". La incisión se refiere a cómo un río corta y profundiza su cauce a través del lecho rocoso, un proceso difícil de medir con precisión.
A medida que el Arun arrastra grandes cantidades de sedimentos en su camino hacia el Kosi, un afluente del Ganges, su fuerza erosiva se ha visto intensificada por eventos geológicos pasados, lo que lo convierte en un actor clave en la remodelación de la cuenca del Everest. El coautor del estudio, Xu Han, de la Universidad de Geociencias de China, enfatiza que la "altura cambiante del Everest ilustra la continua transformación de la Tierra".
El crecimiento del Monte Everest es un recordatorio de que, a pesar de su estabilidad visual, su altura y forma están en constante evolución. La interacción entre la erosión y el ascenso de la corteza terrestre representa un fenómeno fascinante que seguirá siendo objeto de estudio y debate en el campo de la geología.