Por Agroempresario.com
Las recientes lluvias en Córdoba ofrecieron un respiro para los productores tras los devastadores incendios que azotaron la provincia mediterránea. Con acumulados de hasta 74,1 milímetros en Colonia Cocha, en el departamento Santa María, y registros importantes en otras localidades como Freyre (61,2 mm) y San Agustín (63,4 mm), el campo cordobés comienza a recuperarse. Sin embargo, estas precipitaciones no fueron suficientes para revertir el impacto en los cultivos de trigo, arveja y cebada, ni en los maíces recién implantados, especialmente en las zonas más críticas de la región núcleo, donde los acumulados no superaron los 20 mm.
En Santa Fe, las precipitaciones fueron dispares. En la localidad de Cavour, los registros alcanzaron los 22 mm, mientras que en otras áreas las lluvias fueron mínimas, con apenas 5 mm o menos en varias localidades. La sequía persiste, afectando la siembra de maíz y girasol, lo que genera preocupación entre los productores.
Por su parte, Buenos Aires sigue enfrentando una sequía severa, con registros extremadamente bajos en localidades clave para la producción agrícola. En General Villegas, apenas cayeron 2,4 mm, mientras que en Pergamino y San Pedro las lluvias no superaron los 2 mm. A medida que avanza octubre, los pronósticos para la provincia no son alentadores, lo que podría comprometer gravemente el rendimiento de la campaña agrícola.
La situación en Córdoba es más favorable, con expectativas de que las lluvias continúen hasta el miércoles y una posibilidad de nuevas precipitaciones del 13 al 16 de octubre. Estas condiciones climáticas traen algo de esperanza para los productores, aunque la incertidumbre persiste en regiones donde el déficit hídrico es más grave.
En contraste, las zonas agrícolas de Buenos Aires y el centro-norte de Santa Fe permanecen bajo una sequía extrema, lo que resalta la necesidad urgente de un cambio climático favorable para garantizar el éxito de la campaña 2024.