Compartido con el alemán George J. Köhler y el danés Niels K. Jerne. Este reconocimiento llegó por su destacada investigación en el desarrollo de los anticuerpos monoclonales, una innovación que marcó un antes y un después en la historia de la medicina y la biotecnología.
Milstein inició su carrera en la Argentina, pero en 1963 se trasladó al Reino Unido, donde comenzó a trabajar en el Laboratorio de Biología Molecular de la Universidad de Cambridge. Allí, se dedicó al estudio de las inmunoglobulinas, proteínas clave en el sistema inmunológico, junto a su colega George Köhler. La investigación que revolucionaría la ciencia fue publicada en 1975 en la revista Science, donde dieron a conocer el desarrollo de los anticuerpos monoclonales, moléculas que hoy son esenciales para el diagnóstico y tratamiento de una amplia variedad de enfermedades.
En 1983, Milstein fue nombrado jefe de la División de Química, Proteínas y Ácidos Nucleicos en Cambridge. Desde esa posición, continuó trabajando en proyectos que ampliarían el impacto de los anticuerpos monoclonales más allá de la inmunología, llegando a campos tan diversos como la oncología, la biotecnología y la industria. Este avance permitió el desarrollo de medicamentos innovadores que mejoraron las tasas de supervivencia en pacientes con cáncer, terapias para enfermedades autoinmunes como la artritis reumatoide y la psoriasis, y tratamientos que previenen el rechazo de órganos trasplantados.
El legado de César Milstein, continúa beneficiando a millones de personas alrededor del mundo, consolidándolo como uno de los científicos más importantes de la historia de la medicina.
Con el Nobel de 1984, Milstein se sumó al selecto grupo de argentinos premiados por la Academia Sueca, donde también se encuentran figuras como Bernardo Houssay (1947) y Luis Federico Leloir (1970). El impacto de sus hallazgos trasciende fronteras, demostrando que la ciencia no solo transforma vidas, sino que también puede llevar el nombre de Argentina a lo más alto del reconocimiento internacional.