Por Agroempresario.com
Desde su inauguración en 1934, El Cuartito se ha convertido en un ícono de la gastronomía porteña, ofreciendo una experiencia única con su pizza al corte en un ambiente que atrae a todos, desde abogados hasta figuras del tango. Situado en Talcahuano 937, el local ha evolucionado a lo largo de los años, pero su esencia sigue intacta. Manuel Diz, quien llegó a El Cuartito en los años 70, narra en una entrevista con La Nación los secretos detrás de esta pizzería que ha sabido resistir el paso del tiempo.
“Siempre vendimos pizza al corte, porque muchos de los que vienen comen de parados”, afirma Manuel, destacando que el concepto original de la pizzería se basa en la inmediatez y la accesibilidad para los clientes. A medida que la pizzería creció, también lo hicieron sus recetas, añadiendo sabores y combinaciones que han conquistado a diversas generaciones.
El proceso de elaboración de la pizza es casi ritual: cada mañana, antes de abrir, el equipo comienza con el amasado manual de la masa, un paso crucial para lograr la textura perfecta. “El secreto es hacer la masa bien. No podemos dar la receta, pero usamos harina 000, agua, sal, un poquito de azúcar y levadura”, revela Manuel. Este compromiso con la calidad de los ingredientes es fundamental para mantener la reputación de El Cuartito. “Compramos 3000 kilos de mozzarella por semana. Es una barbaridad”, añade.
La popularidad de El Cuartito se ha extendido más allá de las fronteras argentinas, atrayendo a visitantes de todo el mundo. “Hoy saben de nosotros en toda la Argentina y en muchas partes del mundo”, comenta Manuel, reflejando la curiosidad y el aprecio que la pizzería genera en turistas y locales. A lo largo de su historia, El Cuartito ha sido un punto de encuentro para figuras de la cultura, incluyendo a Ernesto Sabato y Roberto Goyeneche, quienes han disfrutado de sus delicias en sus mesas.
Recientemente, El Cuartito volvió a estar en el centro de atención cuando la vicepresidenta Victoria Villarruel cenó allí, generando revuelo en redes sociales. Sin embargo, lo que realmente importa es la magia que sigue presente en cada porción de pizza servida. “Cada mediodía, antes de que la histórica pizzería abra sus puertas, ya hay fila de comensales en la vereda”, destaca la nota de La Nación, evidenciando la fidelidad de sus clientes.
Manuel Diz asegura que El Cuartito no solo ha sobrevivido, sino que ha prosperado gracias a su atención al cliente y a la calidad de su mercadería. “La atención del personal, la mercadería, los precios. Vamos a seguir vigentes”, concluye, reafirmando el compromiso de la pizzería con su legado y con todos aquellos que eligen disfrutar de una auténtica experiencia porteña.