Justo José de Urquiza: el caudillo que luchó por la unidad de nuestro país

Fue gobernador de Entre Ríos y, más tarde, el primer presidente constitucional de la Confederación Argentina. Un prócer indispensable para la estructura actual de nuestro país.

Urquiza nació en una estancia cercana a Concepción del Uruguay, Entre Ríos, en lo que era entonces el Virreinato del Río de la Plata. Pasó sus primeros años en el campo, lo que moldearía su carácter y su conexión con las labores rurales que más tarde impulsarían las reformas económicas durante su gobernación.

Urquiza inició su formación en Buenos Aires en el Colegio de San Carlos, aunque su educación formal fue truncada por la clausura de la institución, lo que lo obligó a regresar a Entre Ríos y dedicarse al comercio. Este período le permitió ganar una creciente influencia en su comunidad, que lo llevaría a desempeñar un papel político clave en la región. A los 25 años, ya era diputado en la legislatura provincial, donde presentó innovadoras propuestas para mejorar la administración, la economía y la educación.

En 1832, su creciente influencia lo llevó a ser designado comandante general del Segundo Departamento Principal de Entre Ríos, posición de enorme poder que le permitió consolidar su liderazgo. Tras la salida del gobernador Pascual Echagüe, Urquiza fue elegido como su reemplazo en 1841, marcando el inicio de su destacada carrera política.

Los años de Urquiza como gobernador se dieron en un periodo turbulento para el país, en el que las guerras civiles entre unitarios y federales azotaban el territorio. Urquiza participó activamente en estas batallas, derrotando al caudillo oriental Fructuoso Rivera en 1845 y firmando los Tratados de Alcaraz en 1846, que reafirmaron el Pacto Federal de 1831.

Uno de los momentos más decisivos de su vida política llegó en 1851, cuando lideró el famoso "Pronunciamiento de Urquiza", una rebelión contra el poder de Juan Manuel de Rosas, quien controlaba la Confederación Argentina desde Buenos Aires. Urquiza, apoyado por las provincias de Entre Ríos y Corrientes, junto a Uruguay y el Imperio del Brasil, formó el Ejército Grande que derrotó a Rosas en la Batalla de Caseros en 1852, poniendo fin a su gobierno.

El siguiente paso fue la promulgación de la Constitución Nacional en 1853, un hito que marcó la organización política del país. Urquiza fue elegido primer presidente de la Confederación Argentina en 1854, impulsando importantes tratados comerciales y promoviendo la inmigración para colonizar tierras. Su gobierno estuvo altamente marcado por la asesoría política y económica de Juan Bautista Alberdi. Su gobierno enfrentó grandes desafíos, sobre todo la creciente tensión con la provincia de Buenos Aires, que culminaría en la batalla de Pavón en 1861, donde Urquiza fue derrotado.

A pesar de su salida del poder, Urquiza continuó siendo una figura central en la historia del país hasta su asesinato en 1870 en su residencia del Palacio San José. Su legado, como caudillo, gobernador y primer presidente constitucional de la Confederación Argentina, es recordado como un líder que, con patriotismo y visión, luchó incansablemente por la unidad y el progreso del país. En el Hall de Honor, también conocido como Salón de los Bustos de la Casa de Gobierno se encuentra el busto en su homenaje.