Por Agroempresario.com
La complejidad en los mercados internacionales de granos está dejando un claro ganador: el girasol. Mientras cultivos como la soja y el maíz enfrentan una oferta abundante y precios poco atractivos, esta oleaginosa brilla en un escenario de alta demanda y oferta limitada, especialmente en Ucrania y Rusia, dos de los mayores productores mundiales de aceite de girasol.
Según la consultora APK-Inform, los precios del girasol en Ucrania alcanzaron su punto más alto en tres años, cotizando en torno a los 630 USD por tonelada con entrega en planta. El mercado refleja una oferta insuficiente que obliga a las procesadoras a competir por el grano, elevando los precios semana a semana.
"Las industrias que necesitan reponer inventarios han pagado hasta 25 USD más por tonelada respecto a la semana anterior", destaca el informe. Las previsiones de producción para la campaña 2024/25 cayeron a 10-10,5 millones de toneladas, por debajo de las 12,5 millones proyectadas por el USDA, lo que impulsa la expectativa de precios aún más altos.
El contexto geopolítico añade incertidumbre al sector. Rusia, que también enfrenta una menor producción estimada en 16 millones de toneladas, podría experimentar problemas adicionales por las tensiones con Ucrania. Ambos países son clave para el suministro global, pero los ataques rusos a la infraestructura portuaria ucraniana complican las exportaciones, generando volatilidad en los mercados internacionales.
En la Unión Europea, el panorama no es más alentador. La consultora Strategie Grains redujo las previsiones de producción de la UE a 8,9 millones de toneladas, un descenso respecto a los 9,8 millones del ciclo anterior. El bajo rendimiento por hectárea en países como Bulgaria y Rumania, con cifras históricamente bajas, agrava aún más el escenario.
El alza del precio del aceite de girasol ha sido otro motor para la escalada de precios del grano. Con cotizaciones en los puertos del Mar Negro entre 1.050 y 1.060 USD por tonelada, y precios en Rotterdam alcanzando los 1.170 USD por tonelada para entregas en octubre-noviembre, el aceite de girasol supera en rentabilidad al de palma, con una prima de hasta 22%.
Egipto, uno de los mayores compradores, pagó 1.185 USD por tonelada en su última licitación, reflejando el fuerte interés internacional. Mientras tanto, la harina de girasol también muestra signos de crecimiento, con valores de 225 USD por tonelada, consolidando su atractivo como subproducto.
Los agricultores ucranianos han optado por retener su producción, esperando mayores incrementos en los precios. La menor cosecha esperada para este año y la incertidumbre en la disponibilidad futura del grano son factores determinantes en su estrategia.
Por su parte, las procesadoras han tenido que mantener altos precios para asegurar la materia prima, pese a la reciente caída del precio del petróleo, que ha afectado al mercado de aceites vegetales. "El desafío es garantizar un abastecimiento continuo de girasol, en un momento en que la oferta global es limitada", señalan desde la industria.
Las proyecciones globales para el girasol no son alentadoras: se espera que la producción mundial alcance las 50,6 millones de toneladas, un 10% menos que en la temporada anterior. Esto marca la cifra más baja de los últimos cuatro años, influenciada por las sequías y las altas temperaturas que afectaron a las principales zonas productoras.
Con las existencias reduciéndose rápidamente, la estabilidad del mercado dependerá de la capacidad de exportación de Ucrania y Rusia. Sin embargo, la continuidad del conflicto bélico complica cualquier predicción a largo plazo, y las fluctuaciones de precios parecen inevitables. Los líderes del sector ya están adaptando sus estrategias para sobrevivir en este contexto desafiante.
El girasol, ante este escenario, no solo es un cultivo más: se perfila como el héroe inesperado del mercado global, con precios récord que, lejos de estabilizarse, podrían seguir en ascenso en los próximos meses.