Un programador carioca afincado en Roraima y productor de caoba africana creó una máquina agrícola que planta bosques y llamó la atención de grandes nombres del sector forestal, como Klabin, Suzano, Eldorado y Bracel con su invento, señala el sitio AgFeed.
El resumen es curioso, pero explica un poco la ambición de AutoAgroMachines, una startup creada por Marcello Guimarães, propietario de Mahogany Roraima y hombre detrás del robot agrícola capaz de plantar 1.800 plantines de árboles por hora.
Forest.Bot, como se le llama, opera en áreas limpias, que por primera vez se convierten en bosques. El ejecutivo estima que hoy en el mercado existen 12 máquinas que operan en este segmento.
Según Guimarães, la diferencia tecnológica del equipo que desarrolló es una cinta deslizante, que permite que la boquilla que planta las plántulas en el suelo no se quede quieta en el suelo. Con esto la máquina se mueve y el mecanismo queda fijado al suelo, lo que evita fallas en el agarre de la plántula.
La innovación genera eficiencia, explica. Gracias a ello, el Forest.Bot puede viajar a 8 km/h, por encima de la media de otras máquinas del sector, que trabajan a 2,5 km/h.
Sumado a esto, un software con Inteligencia Artificial verifica la calidad de la siembra y, conectado a internet vía telemetría, puede generar
informes. Y, además de plantar, la máquina también tiene la capacidad de acoplar pequeños compartimentos de agua para añadir riego al proceso de inserción de las plántulas.
Además de agua, es posible colocar hidrogel e incluso fertilizante en la base de la planta, afirma el ejecutivo.
El producto es nuevo y aún se está introduciendo en el mercado, pero la empresa ya está trabajando en una versión alternativa del robot: el Forest.Bot Reforma, que funciona tanto con baterías como con diésel, está en desarrollo. A diferencia de la máquina original, ésta está enfocada a la replantación y reforestación.
Como se enfrenta a un entorno más complejo en el campo, esta versión cuenta con una suspensión especial, que alcanza el metro de longitud.
Estamos hablando de un ambiente con raíces, troncos, ramas, todo para dificultar la replantación del nuevo bosque porque es difícil de plantar”, dice el empresario.
Para avanzar en el desarrollo, Guimarães recibió una inversión de R$ 8 millones de la Suframa Superintendencia de la Zona Franca de Manaos) para ser desarrollado. Entre el aporte de la organización y los recursos invertidos por el propio fundador, estima que se necesitaron 20 millones de reales para poner en marcha las máquinas.
Actualmente, las máquinas son producidas por Incomagri, con sede en Itapira SP), pero la idea es internalizar la producción en el futuro.
“Hablamos con inversionistas para instalar una planta industrial en Brasil. A pesar de las ventajas fiscales en los estados del norte, las dificultades logísticas hacen más probable construir la fábrica en el estado de São Paulo”.
AutoAgroMachines espera vender hasta 6.500 máquinas en los próximos diez años. Cada máquina cuesta actualmente R$ 3,9 millones y la idea es vender esos equipos a empresas que los alquilan a empresas forestales.
“A futuro queremos llegar a versiones que tengan capacidad de plantar más de 3.600 plántulas por hora. En otras palabras, Forest.Bot es el punto de partida para la automatización total de la gestión forestal”, afirmó.
Además del piloto que dirige el robot, la máquina requiere hoy de otro profesional que organiza los plantones a plantar, 20 plantones a la vez, que se introducen en el sistema cada 60 metros. La idea es robotizar ese proceso y eliminar al segundo operador por esfuerzo repetitivo, dijo Guimarães.Entre otros emprendimientos creando sistemas para diversas industrias, hace ocho años decidió convertirse en productor rural. El cultivo elegido fue la caoba africana y lo que eran 14 hectáreas plantadas de manera “artesanal” ahora son 2,5 mil hectáreas que forman parte de Mahogany Roraima, la mayor empresa productora del cultivo en todo el país. La idea es llegar a las 20 mil hectáreas en. 10 años.
Al darse cuenta de la necesidad de reducir los costos de plantación, Guimarães comenzó a diseñar una serie de prototipos. Después de que los dos primeros fueran noticia en el Financial Times e incluso en la televisión, los gigantes del sector de la celulosa y el papel empezaron a buscar al empresario.
“Comencé a hablar con Suzano en marzo de 2020, al inicio de la pandemia. Con las restricciones de viaje mantuvimos el contacto online hasta junio de 2021, cuando mantuvimos una reunión con todos los ingenieros forestales de la empresa”, dijo.
Según él, la demanda de mano de obra fue lo que motivó a la empresa a contactarnos, la cual, debido a que los trabajos de siembra se consideraban pesados, estaba teniendo dificultades para encontrar trabajadores.
Además de los grandes actores nacionales, afirma haber recibido contactos de empresas extranjeras como la australiana Rio Tinto. “Todos los que plantan árboles en Brasil ya hablaron conmigo”.
La idea de Guimarães es fusionar los dos proyectos Forest.Bot en uno solo, creando un único vehículo híbrido capaz de trabajar tanto en plantación como en replantación.
Teniendo en cuenta los mercados agrícolas en los que opera, la proyección es un mercado potencial de 30 millones de hectáreas. Si se consideran las áreas de reforestación, la cifra ya asciende a 150 millones de hectáreas.
En los próximos años, AutoAgroMachines deberá diversificar sus operaciones. Según el director general y fundador, ya hay conversaciones con empresas de los sectores de cítricos, cacao, macaúba y caña de azúcar para nuevas máquinas adaptadas a cada realidad.
“El sector forestal representa sólo el 2,5% de la cuota de mercado de maquinaria agrícola, mi sueño era llegar a los segmentos agrícolas”
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