órdoba ratificó su liderazgo en el desarrollo de genética de elite de la raza Brangus. La jura de machos fue la muestra más cabal: el podio completo fue para Córdoba.
Lo ocuparon cabañas de Falda del Carmen, Bell Ville y Corral de Bustos. Pero aunque no es novedad que Córdoba esté a la vanguardia en esta raza, sí lo es que el establecimiento que obtuvo el gran campeón macho –La Cautiva, de Nantex SA y Juan Debernardi– no tiene una gran trayectoria de participación en los certámenes ganaderos.
En apenas pocos años de funcionamiento, gracias a un trabajo intensivo de transferencias embrionarias, lograron conseguir un gran campeón de Palermo, el premio mayor para los criadores de bovino en el país.
“Esta cabaña tiene sólo cuatro o cinco años y hacen todo con embriones. Ahí están los resultados: es impresionante que hayan obtenido un gran campeón con la competencia que hay en Palermo”, comentó Humberto Tríbulo, socio del Instituto de Reproducción Animal Córdoba (Irac).
Para Tríbulo, es un ejemplo de los frutos que trae la inversión en tecnologías aplicadas a la genética bovina.
El encuentro se llevó a cabo en el Centro de Convenciones de Córdoba, con el patrocinio de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad Nacional de Córdoba (FCA-UNC) y del Gabinete Productivo de la Provincia.
Se abordaron todos los temas que han tenido fuerte repercusión en los últimos años, como la implementación de sistemas de sincronización de celo en vacas lecheras para el uso de semen sexado.
También conferencias sobre genómica y edición génica, tecnologías que vienen avanzando con mucha fuerza, aplicadas a la selección de animales que luego se multiplicarán por embriones.
“Hasta ahora los seleccionábamos por antecedentes de los padres o por su belleza. Pero que sea lindo no significa que transmita descendencia. La selección genómica permite tener la seguridad de que los caracteres que elegimos como más importantes para la producción se transmitirán a los hijos”, sostuvo el directivo de IRAC.
En definitiva, hubo una temática variada, desde aspectos prácticos como protocolos de inseminación a cuestiones más complejas como la manipulación de embriones en laboratorio.
Tríbulo remarcó que “la demanda de genética viene creciendo, con la incorporación de cabañas más pequeñas porque las técnicas se han abaratado. Hoy transferir un embrión ya no es tanto más caro que inseminar”.
AgroVoz