Es un clásico: cada tanto hay una ofensiva de ciertos sectores del comercio agrícola (históricamente eran los exportadores y ahora son los acopiadores) que se quejan de las “exenciones impositivas” de las que supuestamente disfrutan las cooperativas agropecuarias. Por cierto, existe una legislación que considera las particularidades de esas entidades de la economía social. Pero Elbio Laucirica, el presidente de Coninagro, desmiente tajantemente que eso libere a su sector de tributar como cualquier otra empresa.
El dirigente nacional de la Mesa de Enlace, que dentro de una semana dejará su cargo como presidente de la entidad cooperativa, habló sobre estos cuestionamientos en el programa Colonia Agropecuaria. Sucede que en los últimos días se conoció un pedido expreso de la Federación de Acopiadores en contra de exenciones a las cooperativas en el régimen fiscal santafesino, en relación al impuesto a los Ingresos Brutos, que luego se extendió a nivel nacional por una supuesta “discriminación” en materia del Impuesto a las Ganancias. Los reclamos llegaron hasta el ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger.
-Que no son así. A ver, el sistema impositivo que pagan las cooperativas arranca con un 2% que aportamos de acuerdo al capital cooperativo. Alguien te puede decir que es lo mismo que el impuesto a los Bienes Personales, pero la alícuota es mayor que para Bienes Personales, y en Bienes Personales los productores por el campo, por lo fundiario, no pagan. Por otro lado, por ley, las cooperativas tienen que hacer un importante aporte con la distribución de excedentes que tienen.
-En el cooperativismo se llaman excedentes porque nosotros no tenemos ganancias de por sí, sino lo que tenemos es un excedente con respecto al resultado operativo. ¿Por qué? Porque deberíamos cobrar pura y exclusivamente lo que necesitamos para llevar adelante el proceso comercial. Sobre ese excedente se reparte un 5%, que sería similar a la Ganancia de un privado. Tenemos que aportar un 5% que se distribuye entre el personal. No sé cuántos privados de la ganancia que obtienen distribuyen el 5% entre el personal. Bueno, ahí para arrancar.
Laucirica agregó que además según la legislación cooperativa “tenemos que hacer un aporte de un 5% del excedente en emprendimientos comunitarios, en difusión del cooperativismo, en capacitación y educación de la comunidad. Así que hay un 10% que ya estamos aportando” entre los empleados y la comunidad, precisó.
-Después de eso se hace lo que se llama la distribución de excedentes. Los excedentes se distribuyen entre los asociados en proporción no al capital que tengan, sino a la operatoria que hayan tenido ese año, es decir al aporte que hicieron al cooperativismo ese año. Y ese excedente está sujeto al Impuesto a las Ganancias como con cualquier persona física común.
-Efectivamente. Yo hago eso. Yo lo que recibo de mi cooperativa por el excedente lo rindo en la AFIP. Porque tenés un ingreso por el excedente. Y sobre eso pagás impuestos a las Ganancias como cualquier hijo de buen vecino.
-Exacto. Ahí está la diferencia.
-Primero porque somos una empresa diferente, porque cada uno de los asociados es partícipe de ese excedente que se recibe, de ese excedente que tiene la cooperativa. Justamente porque el acto cooperativo está por fuera de lo que sería una rentabilidad usual de una sociedad o de una empresa común y privada. Por esto que te decía: Nosotros deberíamos aportar pura y exclusivamente lo necesario para llevar adelante el proceso de comercialización y el servicio que implique la cooperativa a nuestros asociados. Esa es la diferencia, y esto es así por ley desde hace muchísimo tiempo.
“Yo creo que no hay inequidad tributaria como se dice, sino que estamos todos compitiendo, algunos con una modalidad y otros con otra. Y reitero: no sé si hay muchos que tengan un 5% de distribución en el personal y un 5% de aportes a la comunidad en capacitación y educación”, enfatizó el presidente de Coninagro.
-En primer lugar, de Ingresos Brutos ya estaban exceptuadas las cooperativas, el tema era que vos entrabas en el pago de ingresos brutos de acuerdo al monto operado en tonelaje o en dinero. Hoy hay unos mínimos que han sido exceptuados, razón por la cual más cooperativas ingresarían a esto. Y te voy a decir una cosa: la Provincia de Buenos Aires lo tiene a eso desde hace años, así que no es nada nuevo bajo el sol.
-Efectivamente, en primer lugar porque los productores pequeños y medianos nos asociamos a las cooperativas para adquirir escala y tener mejores condiciones para poder llevar adelante las operaciones. A un pequeño productor si va a comprar un bidón de glifosato no le hacen ninguna bonificación, pero un gran productor que compra mil bidones de glifosato seguramente le hagan una bonificación especial. No sé si está bien o está mal, pero esas son las reglas del mercado. La cooperativa permite unificar a los pequeños productores. Tomamos escala y salimos todos a comprar mil bidones, y entonces accedemos a esa bonificación. Es una estrategia diferente, somos una población diferente. Tiene una legislación diferente, pero no por ello no deja de hacer sus aportes a la economía general a través del fisco y de los impuestos que debemos pagar.
-El año pasado desde el INAES (Instituto Nacional de Economía Social) hicimos un cálculo y prácticamente hay un 15-16% del PBI que estarían respondiendo al cooperativismo y mutualismo en conjunto. Y nosotros hicimos una cuenta entre las cooperativas de Coninagro, que son 305 cooperativas que estamos en 900 o 1.000 pueblos, porque cada cooperativa muchas veces tiene planta en dos o tres lugares, y tenemos una facturación de 14.000 millones de dólares anuales. Pero lo más importante es que invertimos en el país. Estas cooperativas vienen incrementando la facturación y haciendo inversiones en el país a razón del 8.6% anual de crecimiento en los últimos 6 años, que han sido años muy conflictivos desde el punto de vista económico.
-Totalmente de acuerdo. Las cooperativas son movilizadoras de las economías locales, damos trabajo, generamos empleos genuinos, totalmente en blanco porque la modalidad de las cooperativas hace que tengamos que tener todo declarado. Nosotros estamos propiciando mucho el balance social de nuestras cooperativas, y nos encontramos muchas veces que superamos los presupuestos del municipio del lugar. ¿Por qué? Porque trabajan los camioneros, trabajan los comercios, trabajan los servicios….
Prácticamente con un pie fuera de su cargo en Coninagro, por volver a trabajar junto a su hijo en su campo de Rauch, Laucirica insiste que “una de las cosas que hemos justamente privilegiado desde Coninagro es el arraigo rural. Esto es una gran preocupación”.
“Muchas veces a la gente le parece que la única preocupación de los productores es las retenciones y pagar menos impuestos. El tema de los impuestos es una preocupación porque es una carga muy alta, no solamente para los productores agropecuarios, para la sociedad en su conjunto. Pero no solamente nos preocupa eso. Nos preocupa por ejemplo tener comodidades en el campo, tener conectividad, poder tener caminos rurales, poder tener electrificación dentro del campo”, enumeró.
Y allí, otra vez, Laucirica volvió a destacar el rol de las cooperativas: “Cuando los privados no tienen ganancia, no le van a llevar electricidad a un pobre productor que está a 30 kilómetros del pueblo. Ahí va una cooperativa a llevar la electricidad. Entonces el 70% de la electrificación rural en el país es por cooperativas”.
“Esta es la función social que muchas veces tenemos, y que muchas veces genera estos celos y disputas. Pero justamente en nuestro congreso ese fue el gran desafío: demostrar el aporte que desde el cooperativismo podemos hacer al desarrollo económico del país”, se despidió el dirigente.
Bichos de Campo