Argentina cuenta con una larga tradición en la producción de aceites comestibles. La industria aceitera se ha posicionado y consolidado internacionalmente, constituyéndose en el polo oleaginoso más moderno del mundo, con una capacidad diaria de procesamiento de 155.000 toneladas.
Se sitúa entre los mayores productores mundiales de aceites vegetales, y el principal productor de harinas proteicas.
Gracias al aprovechamiento de sus variados y fértiles ecosistemas, la excelencia de la materia prima, la gestión de su producción y los sistemas de calidad, Argentina se ha transformado en el principal país exportador de aceites de soja y maní, el tercer exportador de aceite de girasol y el séptimo exportador de aceite de oliva virgen.