La producción láctea es una de las más tradicionales de Argentina. Las zonas productoras de leche y sus derivados son Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, La Pampa, Entre Ríos, Tucumán y Salta.
Se produce principalmente leche en polvo, entera y descremada; quesos de pasta, blanda, semidura y dura; manteca; suero en polvo; yogur; dulce de leche; caseínas; caseinatos; y leche fluida.
Los principales compradores de leches y derivados son Brasil, Venezuela, Argelia, Rusia, Chile, México y Estados Unidos. El principal derivado es la leche en polvo entera, siendo Argentina el segundo exportador mundial del producto. También se exportan quesos de pasta dura, suero en polvo, leche en polvo descremada y manteca.En las próximas décadas se espera una demanda creciente del consumo de leche en el mundo, por lo cual la Argentina alienta las iniciativas de exportación y el comercio internacional, la eficiencia de los tambos y las PyMEs lácteas.
El dulce de leche es un derivado de la leche que se destaca como invento y tradición argentina. Su particular textura y su sabor dulce intenso hacen que resulte irresistible para cualquier amante de la pastelería.
Se prepara a base de leche y azúcar, cocinándolo durante muchas horas para lograr la reducción del líquido, obteniendo una preparación cremosa y homogénea.
Se le agrega bicarbonato (que le da color) y una pizca de esencia de vainilla para aromatizarlo.
En Argentina, sobre una producción anual de 131.000 toneladas, se destinan al consumo interno un promedio de tres kilos de dulce de leche per cápita. Si bien es un producto industrializado, en algunos hogares lo siguen fabricando artesanalmente, lo que le suma la particularidad de lo “hecho en casa”.
En cuanto a sus usos, es similar a la miel o la jalea. También es la base de golosinas y postres, aunque algunos consumidores lo prefieren solo.