Por Agroempresario.com
A dos meses de habilitarse el retiro de fondos regularizados en el marco del blanqueo, el sistema financiero argentino conserva la mayor parte de los depósitos en dólares. Hasta el 25 de noviembre, solo USD 1.400 millones, equivalentes al 10% de los USD 20.600 millones ingresados, fueron retirados. Este comportamiento difiere de las proyecciones iniciales de analistas y tributaristas, quienes esperaban una mayor salida de fondos.
La ley de blanqueo incluye un “tapón fiscal” que exime a los contribuyentes de investigaciones previas del ARCA, lo que incentivó a muchos a ingresar sus dólares. Sin embargo, lejos de buscar rentabilidad inmediata, gran parte de los ahorristas prefieren mantener sus depósitos en el sistema, reflejando una prioridad por la disponibilidad de los fondos sobre su inversión.
Desde el mercado de capitales, se esperaba que estos dólares impulsaran la economía a través de inversiones en sectores como el inmobiliario o instrumentos financieros. Pero, por ahora, este dinamismo no se ha materializado.
El alto volumen de depósitos en los bancos podría potenciar el crédito en dólares. Sin embargo, las regulaciones actuales limitan su acceso a empresas que generan ingresos en esa moneda, dejando fuera a sectores dolarizados como la construcción. Los bancos reclaman al Banco Central flexibilizar estas restricciones, pero la autoridad monetaria se muestra cautelosa.
Actualmente, el ratio de préstamos en dólares sobre depósitos es del 26%, lejos del 37% previo al blanqueo. Aunque el crédito en dólares creció a USD 8.500 millones, aún hay margen para expandirse. Sin embargo, este crecimiento se ha estancado en las últimas semanas.
El freno en la expansión del crédito en dólares coincide con una menor liquidación de exportaciones y un aumento en la demanda de importadores, provocado por cambios recientes en los plazos de pago. Según la consultora PPI, este escenario ha reducido las compras del Banco Central en el mercado cambiario, marcando una nueva tendencia tras las adquisiciones de USD 1.300 millones en noviembre.
La permanencia de los depósitos en el sistema financiero plantea interrogantes sobre su capacidad de dinamizar la economía. Si bien las restricciones actuales frenan el impacto inmediato, flexibilizar las regulaciones podría abrir nuevas oportunidades para potenciar el crédito y las inversiones en sectores clave.