n un año marcado por una profunda crisis económica, el campo sigue motorizando inversiones. No solo en sus rubros más tradicionales (como puede ser la maquinaria agrícola) sino también en aquellos más dinámicos e innovadores. Tal es el caso de la flamante empresa de bioinsumos Protergium, que se lanzará de lleno al mercado tras finalizar un desembolso por 4,5 millones de dólares, destinado a levantar su nave industrial en la provincia de Santa Fe.
De capitales 100% nacionales, la firma es un spin-off de Terragene, una compañía especializada desde 2006 en la fabricación de productos biotecnológicos ligados al control de infecciones. Hace dos años comenzaron con el desarrollo de una nueva línea dedicada al agronegocio, que en una primera fase se especializará en biomoléculas que presentan como "vacunas para los cultivos".
La información fue brindada por Adrián Rovetto, uno de los socios fundadores de Terragene, que en 2019 fue galardonada con el premio Pyme Oro. "Estamos edificando una nave de 4.000 metros cuadrados en dos plantes, dentro del Micro Parque Industrial de Alvear (provincia de Santa Fe), que estará terminada para fin de año", dijo.
Protergium será una plataforma de producción de biomoléculas inteligentes, inicialmente especializada en el campo de las proteínas. Actualmente ya cuentan con algunos artículos ya aprobados por Senasa y la idea es escalar su fabricación con el paso del tiempo. De la misma forma que la empresa madre, se apunta no solo al ámbito doméstico sino también al comercio exterior: según números de la Cámara Argentina de Bioinsumos (CABIO), para 2025 la proyección es que sea un mercado de 11 billones de dólares.
"Estamos buscando consolidar acuerdos con empresas del sector, incluso aquellas internacionales que operan aquí, para utilizar sus canales comerciales e ir convirtiendo de manera gradual algunos productos químicos en bioinsumos", contó.
Según explicó Rovetto, los productos pueden ser aplicados tanto a cultivos extensivos como intensivos y hacen posible una mejora de la calidad y volumen de la producción activando mecanismos naturales de la planta contra enfermedades diversas (hongos, nematodos e insectos, entre otros).
"Los Consorcios Microbianos y las Fitovacunas son herramientas estimulantes del crecimiento vegetal que incrementan el rendimiento de cultivos muy diversos. Las ventajas que tienen respecto a otros productos de síntesis química es que están basadas en estructuras naturales y no generan resistencias de los cultivos a las enfermedades", ahondó.
La inversión por 4,5 millones de dólares se enmarca en un año que para Terragene no será uno de crecimiento en sus ventas, fundamentalmente como consecuencia de la pandemia. Sin embargo, la empresa sostiene que a largo plazo las previsiones se sostendrán. Por ello, en paralelo continúa sumando metros cuadrados a su planta industrial madre, así como también actualizando su tecnología fabril. En total, en este 2020 desembolsarán 8,5 millones de dólares.
El 95% de su portfolio de 300 productos se destina al mercado extranjero. En 2019, la empresa inauguró su primera sucursal internacional, en Houston (Estados Unidos). A ello siguió otra en Beijing (China) y este año hará lo propio en Ciudad de México. "Por el tipo de operaciones que realizamos, necesitamos tener el producto almacenado ahí, lo que mejora notablemente los tiempos de entrega", dijo Rovetto, quien aún tiene frescos los recuerdos de los comienzos de Terragene, allá lejos en 2006, cuando eran siete emprendedores que compartían el sueño de elaborar un producto de punta para control de infecciones
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