La estrategia de Caputo para desarmar el cepo cambiario

Por Agroempresario.com

Mientras busca reforzar sus reservas para afrontar vencimientos de deuda, el equipo económico liderado por Luis Caputo trabaja en estrategias clave para desarmar el cepo cambiario y estabilizar la economía en el próximo año electoral. Una de las medidas en estudio es reducir gradualmente el ritmo de devaluación mensual del 2% actual a un 1%, posiblemente desde enero de 2025.

Un plan para frenar la inflación y abrir el mercado

La administración de Javier Milei confía en que esta política, junto con la eliminación del riesgo país y una mayor apertura a las importaciones, sentará las bases para un costo de vida que, en 2025, podría rondar un 18% anual, el nivel más bajo en décadas. Este escenario no solo beneficiaría al sector productivo, sino que también devolvería a Argentina competitividad entre los países emergentes.

Además, el fin del Impuesto PAIS, que ya se eliminó para la mayoría de las importaciones, reducirá el costo de los insumos y productos terminados, algo que se espera impacte favorablemente en los precios finales. Según el economista Eugenio Marí, esta medida podría significar una reducción de hasta el 0,7% en la inflación.

Condiciones para la salida del cepo

Para desarmar el cepo, el Gobierno necesita alcanzar un trimestre con una inflación inferior al 2,5% y asegurar reservas netas suficientes para cubrir la demanda contenida de dólares. Sin embargo, según Miguel Kiguel, exsecretario de Finanzas, también será fundamental negociar acuerdos con empresas que buscan girar divisas al exterior, al igual que se hizo con los importadores mediante bonos específicos.

Desafíos y oportunidades en el horizonte

Aunque el mercado se muestra optimista sobre una posible apreciación del peso, persisten riesgos ligados a la fragilidad de las reservas del Banco Central. Un reporte de la consultora 1816 advierte sobre la necesidad de una transición controlada para evitar desequilibrios en sectores como el turismo y las economías regionales.

No obstante, el potencial de Vaca Muerta, el blanqueo de capitales en 2025 y un eventual superávit fiscal ofrecen un panorama alentador para prolongar la estabilidad cambiaria. Si se cumplen estas condiciones, Argentina podría dar un salto hacia una economía más competitiva y atractiva para la inversión extranjera.