Entre 2016 y 2023, la silvicultura registró un incremento del 12,5%, superando ampliamente el promedio económico, que apenas alcanzó el 0,1%. A pesar de su crecimiento, representa un modesto 0,12% del VAB nacional.
Argentina cuenta con 1,28 millones de hectáreas dedicadas a plantaciones forestales, en las que predominan especies como el pino (60%) y el eucalipto (27,1%), seguidas por salsa y álamos (6,3%). Estas áreas cultivadas se suman a los 53 millones de hectáreas de bosque nativo que cubren el territorio. La producción forestal anual alcanza las 16 millones de toneladas, donde los rollizos representan el 90%, seguidos por la leña (6,4%), carbón y postes (2% cada uno).
La mayor parte de esta producción se destina a las industrias del papel y los productos de madera y muebles, sectores que enfrentan desafíos tanto en empleo como en producción.
En 2023, el sector forestal empleó formalmente a 7.705 personas, una caída del 17% respecto a 2004. La Mesopotamia concentra el 56% del empleo registrado, liderado por Corrientes (25%) y Misiones (21%). Además, el país cuenta con 1.196 establecimientos silvícolas, localizados principalmente en Chaco (21,3%) y Misiones (20,6%).
Por su parte, la producción de madera y productos derivados generó 28.188 empleos formales en 2023. Este subsector, liderado por el aserrado y cepillado de madera, tiene una fuerte presencia en Buenos Aires (26,8%) y Misiones (24, 3%). Sin embargo, el número de empresas dedicadas a esta actividad ha disminuido un 5,6% desde 2004, alcanzando 2.442 en 2022.
La fabricación de muebles y colchones ha experimentado un declive en los últimos años. Entre 2016 y 2023, la producción cayó un 35,5%, alcanzando su pico máximo en 2017. En el periodo enero-agosto de 2024, la actividad se contrajo un 30,6% respecto al mismo lapso del año anterior, afectando tanto el empleo como la capacidad productiva.
El comercio exterior de madera y productos derivados se ha consolidado como un punto fuerte del sector. Desde 2019, Argentina registró un saldo superavitario, que en 2023 alcanzó los 97,3 millones de dólares. El principal destino de las exportaciones de madera fue Estados Unidos (40%), seguido por India (12,5%). En cuanto a muebles, Uruguay (58%) lidera las compras, seguido por Chile (21,3%) y Estados Unidos (19%).
Por otro lado, las importaciones de madera provienen principalmente de Brasil (27%), España (15,3%) y Portugal (13,4%). Los muebles importados, en cambio, se originan mayoritariamente en China (50%) y Brasil (25%).
Aunque el sector silvícola muestra una tendencia positiva en términos de producción y comercio exterior, enfrenta desafíos en empleo y en la modernización de su industria. El crecimiento sostenido dependerá de la implementación de políticas que promuevan inversiones, mejoren la competitividad y diversifiquen los destinos de exportación.
La silvicultura y la industria de la madera son piezas clave en la economía argentina, no solo por su apoyo al VAB, sino también por su potencial para generar empleo y fortalecer el desarrollo regional. Sin embargo, el desafío está en equilibrar el crecimiento económico con la sostenibilidad y el cuidado del medio ambiente.
Radiografía de la silvicultura
Entre 2016 y 2023, la silvicultura registró un incremento del 12,5%, superando ampliamente el promedio económico, que apenas alcanzó el 0,1%. A pesar de su crecimiento, representa un modesto 0,12% del VAB nacional.
Argentina cuenta con 1,28 millones de hectáreas dedicadas a plantaciones forestales, en las que predominan especies como el pino (60%) y el eucalipto (27,1%), seguidas por salsa y álamos (6,3%). Estas áreas cultivadas se suman a los 53 millones de hectáreas de bosque nativo que cubren el territorio. La producción forestal anual alcanza las 16 millones de toneladas, donde los rollizos representan el 90%, seguidos por la leña (6,4%), carbón y postes (2% cada uno).
La mayor parte de esta producción se destina a las industrias del papel y los productos de madera y muebles, sectores que enfrentan desafíos tanto en empleo como en producción.
En 2023, el sector forestal empleó formalmente a 7.705 personas, una caída del 17% respecto a 2004. La Mesopotamia concentra el 56% del empleo registrado, liderado por Corrientes (25%) y Misiones (21%). Además, el país cuenta con 1.196 establecimientos silvícolas, localizados principalmente en Chaco (21,3%) y Misiones (20,6%).
Por su parte, la producción de madera y productos derivados generó 28.188 empleos formales en 2023. Este subsector, liderado por el aserrado y cepillado de madera, tiene una fuerte presencia en Buenos Aires (26,8%) y Misiones (24, 3%). Sin embargo, el número de empresas dedicadas a esta actividad ha disminuido un 5,6% desde 2004, alcanzando 2.442 en 2022.
La fabricación de muebles y colchones ha experimentado un declive en los últimos años. Entre 2016 y 2023, la producción cayó un 35,5%, alcanzando su pico máximo en 2017. En el periodo enero-agosto de 2024, la actividad se contrajo un 30,6% respecto al mismo lapso del año anterior, afectando tanto el empleo como la capacidad productiva.
El comercio exterior de madera y productos derivados se ha consolidado como un punto fuerte del sector. Desde 2019, Argentina registró un saldo superavitario, que en 2023 alcanzó los 97,3 millones de dólares. El principal destino de las exportaciones de madera fue Estados Unidos (40%), seguido por India (12,5%). En cuanto a muebles, Uruguay (58%) lidera las compras, seguido por Chile (21,3%) y Estados Unidos (19%).
Por otro lado, las importaciones de madera provienen principalmente de Brasil (27%), España (15,3%) y Portugal (13,4%). Los muebles importados, en cambio, se originan mayoritariamente en China (50%) y Brasil (25%).
Aunque el sector silvícola muestra una tendencia positiva en términos de producción y comercio exterior, enfrenta desafíos en empleo y en la modernización de su industria. El crecimiento sostenido dependerá de la implementación de políticas que promuevan inversiones, mejoren la competitividad y diversifiquen los destinos de exportación.
La silvicultura y la industria de la madera son piezas clave en la economía argentina, no solo por su apoyo al VAB, sino también por su potencial para generar empleo y fortalecer el desarrollo regional. Sin embargo, el desafío está en equilibrar el crecimiento económico con la sostenibilidad y el cuidado del medio ambiente.
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