Por Agroempresario.com
Argentina tiene una gran oportunidad de aprovechar el auge de Vaca Muerta, un yacimiento clave para el futuro energético del país. Desde enero de 2025, el Gobierno comenzará a asegurar contratos de suministro de gas a algunos de los destinos más remotos, en un intento por consolidar una política de exportación que, si se concreta, podría transformar la balanza energética del país.
En este contexto, el CEO de YPF, Horacio Marín, llevará a cabo una gira por cuatro países asiáticos, centrándose especialmente en India, Corea y Japón, con una posible escala en Alemania, uno de los mayores importadores de gas. El objetivo es anticiparse y verificar el interés de estos países en comprar gas natural licuado (GNL) de Argentina.
En la mira están los acuerdos de largo plazo con los países compradores, llamados "offtakers", fundamentales para garantizar ingresos estables y recuperar las millonarias inversiones en infraestructura. Para ello, el Gobierno y las empresas energéticas, como YPF, Pampa Energía y Harbour, se han embarcado en un ambicioso proyecto que incluirá la instalación de un buque licuador de gas en Río Negro, con un desembolso inicial cercano a los 3.000 millones de dólares.
El plan de exportación se proyecta hasta 2027, con la posibilidad de sumar más barcos y aumentar la producción de GNL conforme aumenten las proyecciones optimistas del sector. La fecha de inicio de las negociaciones con los compradores está cerca, y se prevé que se concreten acuerdos por cientos de millones de dólares, consolidando el compromiso de Argentina con el mercado internacional.
Este año, Argentina superará por primera vez en 20 años el déficit comercial energético, con un superávit de 5.000 millones de dólares, gracias a la creciente exportación de petróleo y gas. El país pasó de ser dependiente de las importaciones de gas líquido a convertirse en exportador neto, situación impulsada por las inversiones en Vaca Muerta y las obras de infraestructura que están permitiendo evacuar el gas hacia los mercados internacionales.
El superávit no solo es consecuencia de la creciente producción local, sino también de la menor necesidad de importar GNL. El costo de las importaciones de gas ha disminuido significativamente, gracias a la construcción de gasoductos que permiten transportar el gas desde Vaca Muerta. Con estas mejoras, el país tiene la oportunidad de aprovechar el potencial de exportación de GNL.
Según los cálculos de los expertos, las exportaciones de gas natural podrían alcanzar los 6.000 millones de dólares para 2030, lo que representaría un avance clave para las exportaciones del país. Algunas estimaciones incluso sugieren que este número podría llegar a los 30.000 millones de dólares, superando los ingresos generados por la exportación de productos agrícolas.
Para 2030, las exportaciones de energía podrían representar un tercio de las exportaciones totales de Argentina, con un superávit de 18.706 millones de dólares en la balanza comercial energética. En cuanto a la producción de petróleo, se espera que alcance los 710.000 barriles diarios, con una exportación de 900.000 barriles.
En paralelo, Argentina continúa trabajando en la expansión de su infraestructura energética, con nuevos gasoductos y terminales de licuefacción de GNL que podrían aumentar las exportaciones y mejorar aún más el saldo comercial energético. Sin lugar a dudas, el éxito de Vaca Muerta y las políticas energéticas del país dependerán de la concreción de estos acuerdos con los mercados internacionales.