Por Agroempresario.com
El té y el café son dos de las infusiones más populares del mundo, destacándose por sus sabores, tradición y propiedades saludables. Consumidos con moderación, pueden ser aliados para la salud, pero su abuso también puede generar efectos adversos. En esta nota, exploramos las características y beneficios de cada una para ayudarte a decidir cuál se adapta mejor a tus necesidades.
Ambas bebidas contienen cafeína, un estimulante natural que mejora la atención y reduce el tiempo de reacción. Según un estudio realizado en Estados Unidos y Canadá, el consumo moderado de cafeína optimiza las capacidades cognitivas, aunque en exceso puede causar nerviosismo y ansiedad.
El té tiene una ventaja sobre el café en este aspecto: su contenido de cafeína es más bajo, lo que permite mantener la concentración sin interferir con el sueño. Por esta razón, es ideal para largas jornadas de trabajo o estudio.
El té, especialmente el verde y el negro, contiene L-teanina, un compuesto que promueve la relajación y reduce los niveles de cortisol, la hormona del estrés. Estudios del University College London y la Universidad de Basilea demuestran que esta infusión es efectiva para manejar situaciones de tensión. Además, su consumo habitual se asocia con un menor riesgo de diabetes tipo 2, según investigaciones de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Wuhan.
El café, por su parte, destaca por su alto contenido en polifenoles, que favorecen un microbioma intestinal saludable. Un análisis de la Universidad de Harvard mostró que los bebedores de café tienen una flora intestinal más diversa que los consumidores de té.
En cuanto a la salud cardiovascular, un metanálisis de la Universidad de Southampton concluyó que tanto el café como el té ayudan a reducir el riesgo de enfermedades del corazón y accidentes cerebrovasculares.
Diversos estudios señalan que los consumidores regulares de té o café tienen mayores expectativas de vida. Por ejemplo, los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos encontraron que beber dos tazas de té al día reduce el riesgo de muerte en un 13%. Asimismo, investigaciones recientes señalan que quienes consumen entre 2,5 y 4,5 tazas de café al día tienen un 30% menos de probabilidad de fallecer prematuramente.
Aunque el té y el café aportan múltiples beneficios, su consumo excesivo puede provocar efectos adversos como ansiedad, insomnio o malestar estomacal, especialmente en el caso del café. Por ello, la recomendación principal es mantener un consumo moderado: no más de 3 a 4 tazas diarias, según expertos.