El prof. Iván Otiñano, Director de Servicios Ambientales del Ministerio de Ecología y docente de la Universidad Nacional de Misiones, advirtió sobre los crecientes riesgos del uso del fuego en la agricultura en el actual contexto de cambio climático. “El cambio climático ha modificado las condiciones ambientales, haciendo del fuego una herramienta más peligrosa y menos efectiva para el productor”, señaló.
Aunque el rozado, práctica ancestral que consiste en la quema controlada para despejar tierras, sigue siendo común en Misiones, sus efectos preocupan especialmente en las zonas del Centro y Noreste provincial. Otiñano explicó que el fuego afecta al bosque nativo, al suelo y a su capacidad para almacenar carbono, además de aumentar su vulnerabilidad a la erosión, especialmente en áreas con pendientes pronunciadas.
“En el Norte, donde el terreno es más restrictivo, los productores optan por herramientas manuales como el machete, mientras que en el Sur, las tierras más planas permiten la mecanización”, detalló. También advirtió que las cenizas resultantes de las quemas alteran el pH del suelo, lo que puede parecer positivo a corto plazo, pero no garantiza fertilidad duradera.
Otiñano subrayó que “la verdadera fertilidad radica en mantener el suelo cubierto con vegetación natural que lo proteja de la erosión y preserve su contenido orgánico”. Además, alertó sobre los efectos colaterales del rozado, como la contaminación de cuerpos de agua por cenizas, generando problemas amplios en los ecosistemas.
Finalmente, instó a los productores a cumplir con las normativas de quemas prescritas: “Gestionar las autorizaciones correspondientes es clave para evitar pérdidas económicas, productivas y ambientales irreparables”.