El Ministerio de Agricultura Familiar llevó a cabo esta semana una visita de seguimiento a la huerta de Elizabeth Núñez, ubicada en la zona de San Alberto, en el municipio de Puerto Rico, con el objetivo de evaluar el estado de las cosechas y el impacto que la limitada disponibilidad de agua podría generar ante el incremento de las temperaturas previsto para los próximos meses. La recorrida permitió identificar técnicas agroecológicas que la productora implementa para sostener su sistema de cultivo y ampliar sus oportunidades de comercialización, un aspecto considerado prioritario por el organismo.
Durante la visita, el equipo técnico observó asociaciones de cultivos, diversidad de especies, cobertura del suelo y la elaboración de purines caseros para el control de plagas, prácticas que el Ministerio impulsa en la región para promover sistemas más resilientes y sostenibles. Según indicaron los especialistas, este enfoque no solo contribuye al cuidado del ambiente y a la mejora de la fertilidad del suelo, sino que también permite reducir costos y minimizar la dependencia de insumos externos.
La productora, que mantiene una huerta diversificada en una zona afectada por períodos de sequía recurrentes, explicó que en los últimos meses debió reforzar la protección del suelo y optimizar el uso del agua para sostener la producción. El Ministerio destacó la capacidad de adaptación de Núñez, particularmente en un contexto donde el aumento de temperaturas implica un riesgo adicional para los pequeños productores que dependen del acceso directo a fuentes hídricas.
Además de las prácticas en campo, el equipo técnico subrayó que Núñez aprovecha la totalidad de su producción a través de la elaboración de conservas y envasados artesanales, lo que le permite agregar valor a los excedentes que no se venden en fresco. Esta estrategia amplía su oferta, fortalece su independencia económica y diversifica los canales de comercialización. Desde la cartera remarcaron que este tipo de iniciativas son fundamentales para las economías familiares que buscan estabilizar ingresos a lo largo del año.
El Ministerio observa con atención la manera en que productores como Núñez integran saberes tradicionales con recomendaciones técnicas actualizadas para sostener sus huertas frente a condiciones climáticas adversas. Para los equipos territoriales, la proliferación de prácticas agroecológicas demuestra un cambio progresivo dentro de la agricultura familiar, donde la combinación de diversificación, manejo biológico y agregado de valor permite mejorar la rentabilidad sin sacrificar la sostenibilidad ambiental.
La experiencia en San Alberto resume una tendencia creciente en la región: cada vez más familias rurales optan por sistemas que garanticen la conservación del suelo, el uso eficiente del agua y la protección de cultivos sin recurrir a insumos sintéticos. Según los técnicos, estas estrategias generan huertas con mayor equilibrio ecológico, mejor respuesta ante el estrés hídrico y resultados estables incluso cuando las condiciones externas se vuelven desfavorables.
En la recorrida también se evaluó la estructura productiva que sostiene el trabajo diario en la huerta. Los técnicos destacaron la planificación de siembras escalonadas y el diseño del área de cultivo, elementos que facilitan el mantenimiento, reducen la presión de malezas y favorecen una producción continua. De acuerdo con el Ministerio, estas decisiones reflejan un manejo integral que combina técnicas de bajo costo con un fuerte componente organizativo.
El agregado de valor, uno de los componentes más relevados por el organismo, se ha convertido en una herramienta clave para las agricultoras familiares. En el caso de Núñez, las conservas y productos envasados no solo permiten aprovechar materia prima que de otro modo se perdería, sino que además generan un diferencial comercial atractivo para ferias locales, mercados de cercanía y emprendimientos gastronómicos que buscan alimentos elaborados de manera artesanal.
La articulación entre el Ministerio y las productoras de la zona de Puerto Rico continuará en los próximos meses con nuevas visitas, instancias de capacitación y acompañamiento técnico. El objetivo, expresaron desde el organismo, es consolidar sistemas productivos más resistentes ante eventos climáticos extremos y fortalecer la economía familiar rural mediante la diversificación y el agregado de valor.
El caso de Núñez es representativo del esfuerzo que cientos de pequeños productores realizan en Misiones para sostener la producción de alimentos frescos frente a condiciones ambientales cada vez más demandantes. La combinación de técnicas agroecológicas, organización en la huerta y aprovechamiento integral de la cosecha aparece como una respuesta eficaz para enfrentar los desafíos que impone el clima y asegurar la continuidad de la producción local.
Para el Ministerio, este tipo de experiencias reafirma la importancia de acompañar a las familias rurales con asistencia técnica, seguimiento constante y herramientas que faciliten la adopción de prácticas sostenibles. En un contexto de variabilidad climática, consideran que fortalecer estos sistemas es crucial para garantizar alimentos de calidad, impulsar circuitos cortos de comercialización y promover un desarrollo rural equilibrado.
La visita en San Alberto concluyó con la planificación de próximas acciones destinadas a reforzar la gestión del agua, evaluar nuevas alternativas para la protección de cultivos y profundizar el trabajo sobre agregado de valor. Con la llegada de meses más calurosos, la prioridad del organismo será asegurar que las familias productoras cuenten con los recursos y el acompañamiento necesario para sostener sus huertas sin comprometer su estabilidad económica.