Por Agroempresario.com
En el marco de la Tercera Temporada de “Comunicándonos en Agroempresario.com”, recibimos a Gustavo Idígoras, Presidente de Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA), en una entrevista exclusiva con Fernando Vilella, Director de Desarrollo Estratégico y Contenidos de Agroempresario.com. Durante el dialogo Idígoras, expone la situación actual del sector agroindustrial argentino y los desafíos que enfrenta en un contexto global en constante cambio
Idígoras señala que "la demanda de granos está en constante aumento". Este fenómeno se puede observar en la manera en que los países que experimentan un crecimiento económico tienden a elevar su consumo de alimentos, lo que, a su vez, genera una mayor necesidad de granos. De los 170 países que existen en el mundo, solo 11 o 12 poseen la capacidad estructural para ser autosuficientes en la producción de alimentos. Esto significa que la mayoría de los países dependen de las importaciones para satisfacer sus necesidades alimentarias, especialmente en lo que respecta a la alimentación de ganado y la producción de proteínas.
Argentina ha logrado diversificar su comercio, vendiendo a 115 mercados en la actualidad. Este aumento en la cantidad de destinos para las exportaciones es notable, ya que anteriormente el país estaba más concentrado en pocos mercados. Con 4,800 barcos que salen a esos países cargados de productos como granos, harina y aceite, se destaca que "el sudeste asiático representa el 68% de estas exportaciones". Sin embargo, Idígoras advierte que "la superproducción en países como Brasil y Estados Unidos puede amenazar la oferta mundial", lo que plantea un desafío considerable para la competitividad de Argentina en el mercado global.
A pesar del crecimiento global, Argentina se ha estancado en su producción agroindustrial. Idígoras menciona que, aunque celebramos cosechas de "18 millones de toneladas de trigo", esta cifra es la misma que se logró en 2010, lo que indica una falta de progreso significativo en el sector. En soja, aunque se alcanzaron "52 millones de toneladas", esta producción no es suficiente para competir con el crecimiento de otros países que han mejorado sus rendimientos y capacidades de exportación.
El presidente de CIARA enfatiza la importancia del crecimiento del PBI per cápita en países como Indonesia y Malasia. "El futuro de Argentina depende del ingreso de las familias en el sudeste asiático", donde existe una creciente demanda de proteínas vegetales y otros productos agrícolas. Esta tendencia representa una oportunidad significativa para Argentina, que tiene la capacidad de satisfacer esa demanda, pero necesita adaptarse a las condiciones del mercado y mejorar su competitividad.
Idígoras identifica dos razones clave por las que la estructura de exportación de Argentina está cambiando. Primero, "Estados Unidos y Brasil han comenzado a transformar y vender productos con mayor valor agregado", de la cadena de la soja. La diversificación en la oferta de productos limita las oportunidades de crecimiento y desarrollo en el sector agroindustrial argentino.
El grano de soja se ha vuelto un producto geopolítico, afectado por conflictos y barreras comerciales. La relación entre la producción de soja y las dinámicas políticas a nivel global es compleja, y Argentina debe adaptarse a un mercado que se ha vuelto más competitivo. Las inversiones han migrado a Brasil y Estados Unidos, donde "la molienda ha crecido un 111% y un 45%, respectivamente", lo que pone de manifiesto la necesidad de que Argentina mejore su infraestructura y logísticas para no quedar atrás.
Idígoras destaca que "la soja tiene un valor energético significativo". La producción de biocombustibles y aceites es cada vez más relevante en un mundo que busca alternativas sostenibles y limpias. Las decisiones políticas en países importadores que impactan los precios globales son un factor crucial que Argentina debe considerar para poder posicionarse adecuadamente en el mercado internacional.
Recientemente, Indonesia tomó la decisión de aumentar su corte obligatorio de biodiesel de palma del 20% al 40%. Esta medida ha afectado el precio del aceite de soja y girasol, generando un impacto en el mercado global. "Esta decisión ha impulsado el precio de otros aceites, beneficiando indirectamente a Argentina", lo que demuestra cómo las políticas de un país pueden influir en la economía de otro, y resalta la interconexión del comercio global.
Idígoras es un ferviente defensor del girasol, argumentando que "tiene un futuro brillante frente al cambio climático y una creciente demanda en mercados como China e India". Este cultivo presenta una oportunidad única para Argentina, que puede convertirse en un proveedor clave tanto de aceite de girasol como de soja, aprovechando las tendencias de consumo en el mercado internacional.
El presidente de CIARA también menciona la fragmentación del sector agroindustrial y la falta de defensa de los intereses argentinos en el ámbito político. "Esta situación ha llevado a una paralización del crecimiento, impidiendo que Argentina alcance su potencial". La fragmentación política y la falta de consenso en el sector dificultan la implementación de políticas efectivas que podrían beneficiar a todos los actores involucrados.
Idígoras presenta un análisis de cómo una reducción en la carga impositiva podría beneficiar a la economía argentina. "Un crecimiento en la producción de soja y maíz podría generar miles de millones de dólares en ingresos adicionales". Este enfoque en la optimización de la carga fiscal es crucial para liberar recursos que pueden ser reinvertidos en el sector y fomentar el crecimiento económico.
Argentina ha perdido "45 mil millones de dólares en inversiones en producción primaria e industrialización". Idígoras argumenta que si se hubiera permitido un esquema de exportación más flexible, "el país podría haber saldado su deuda externa", lo que subraya la importancia de crear un entorno favorable para la inversión en el sector agroindustrial.
Idígoras critica la falta de un régimen especial para el agro en comparación con otros sectores. "La creación de una plataforma de trazabilidad y gestión integrada podría posicionar a Argentina como un líder en bioeconomía". Esto implica no solo mejorar la regulación, sino también fomentar la innovación y la inversión en tecnologías que permitan a Argentina aprovechar al máximo su potencial agroindustrial.
El presidente de CIARA enfatiza que "la falta de acuerdos comerciales limita el acceso de Argentina a mercados internacionales". Según la OMC hubo 465 acuerdos comerciales firmados entre 2008 y 2024, "el Mercosur no ha logrado cerrar ninguno", lo que afecta la credibilidad del bloque y limita las oportunidades de exportación para los productos argentinos.
Idígoras destaca la importancia de la licitación de la hidrovía, que representa una oportunidad significativa para la inversión en infraestructura. "La modernización de la logística es crucial para mejorar la competitividad del sector". La inversión en infraestructura no solo facilitaría el transporte de productos, sino que también podría reducir costos y mejorar la eficiencia del sector agroindustrial.
A pesar de los desafíos, Idígoras se muestra optimista respecto al futuro del agro argentino. "Con una demanda mundial creciente y la capacidad de adaptación, Argentina tiene el potencial de convertirse en un líder en el sector agroindustrial". Este optimismo está basado en la resiliencia del sector y la capacidad de los actores involucrados para adaptarse a un entorno cambiante.
Gustavo Idígoras concluye que "el futuro de Argentina depende de la capacidad de sus actores para unirse y trabajar en conjunto, buscando soluciones que beneficien a toda la cadena de valor". La clave está en la colaboración y en la adaptación a un mundo que demanda cada vez más alimentos y energía, lo que representa una oportunidad única para el país si logra superar sus desafíos internos.