Por Agroempresario.com
El 2025 se perfila como un año transformador para el mercado inmobiliario argentino, con una esperada reactivación segmento residencial impulsado por el acceso al crédito y un aumento en la demanda de viviendas. Esta fue una de las principales conclusiones de los expertos que participaron en el evento Banco del Hogar, organizado por el Banco Hipotecario, donde referentes del sector analizaron los desafíos y oportunidades que se avecinan.
Jorge Cruces, director de inversiones de IRSA, destacó que el mercado residencial experimentará un "despegue tras 15 años centrado en la demanda de inversores". Según afirmó, la combinación de blanqueo de capitales y financiamiento genera mayor demanda, lo que incrementará los precios. “Es el momento de desarrollar un nuevo tipo de producto que no está en stock. Por eso, avanzamos con un plan de US$2000 millones en proyectos residenciales”, dijo Cruces.
Desde la constructora Criba, su CEO, Santiago Tarasido, coincidió en que las condiciones económicas permitirán al sector avanzar hacia un modelo más inclusivo. “Pensar en un mercado con crédito para construir viviendas destinadas a la gente, y no solo a inversores, son buenas noticias”, señaló, añadiendo que el desafío será equilibrar los costos con el poder adquisitivo.
La necesidad de modernizar los sistemas productivos fue otro tema central del panel. Alejandro Renghini, CEO de ILVA, sostuvo que “el foco estará en la eficiencia y el valor agregado, ya que se proyecta una mayor estabilidad y competitividad”. En este sentido, su empresa invertirá US$30 millones en una nueva planta para enfrentar los desafíos del mercado regional más abierto y dinámico.
Conrado Isla, presidente de Carlos Isla, explicó que el cliente argentino cambiará sus prioridades en el nuevo contexto económico. “Antes, se vendía porque teníamos stock o porque éramos una herramienta de cobertura frente a la inflación. Ahora, el consumidor buscará eficiencia y servicios que den valor agregado”, afirmó.
El sector también experimentará innovaciones tecnológicas, como el uso de modelado digital y un incremento en la construcción "fuera de sitio", que permite mayor seguridad y productividad. Según Tarasido, estas tendencias representan un cambio significativo en la cadena de valor, que aún está dispersa.
La demanda habitacional en la Argentina es una de las más altas de la región, impulsada por jóvenes familias y parejas que buscan acceder a su primera vivienda. Cruces subrayó: “Si se logra que la gente pueda pagar, la demanda responde. Hoy tenemos un mercado concentrado en unidades pequeñas, pero en los próximos 10 años habrá un fuerte impulso hacia viviendas de tres o más dormitorios”.
El 2025 no solo promete un cambio de paradigma en la oferta y demanda del mercado inmobiliario, sino que también plantea desafíos como la reducción de cargas fiscales y la mejora del poder adquisitivo. Los actores del sector coinciden en que la clave será apostar a la eficiencia, el crédito y una industria formalizada para aprovechar el potencial del mercado.