Por Agroempresario.com

En 1937, un joven de 22 años de la provincia de La Pampa cambió el rumbo de su vida y el de su familia al darse cuenta de las diferencias de precio en la comercialización de borregos en el mercado de Avellaneda, Buenos Aires. Este momento marcó el inicio de la historia de la firma Colombo y Magliano, que en este 2024 celebra 85 años de trayectoria en el negocio agropecuario. Esta historia de perseverancia y adaptación a lo largo de las décadas fue detallada en un artículo reciente de La Nación, y en Agroempresario.com nos hacemos eco de los hitos más relevantes de la empresa.

Desde su nacimiento, la empresa ha estado marcada por la visión de Julio Colombo, quien decidió mudarse a Buenos Aires con el objetivo de representar a los productores de La Pampa. A pesar del escepticismo de sus hermanos, Julio fundó la firma junto a su cuñado en 1939, dedicándose inicialmente a la comercialización de ovinos. Con el tiempo, la empresa fue sumando vacunos y porcinos a su cartera de productos, logrando así una diversificación que le permitió superar las crisis del sector.

Como resalta Carlos José Colombo, miembro de la segunda generación de la firma, "el tío Julio tenía mucho carácter pero, con una gran inteligencia y generosidad con sus hermanos, compartió la empresa entre todos". En la década de 1960, la segunda generación se sumó a la empresa, con la incorporación de Elvio Colombo, quien comenzó a trabajar en el mercado de Liniers desde joven, y de Néstor Nervi Colombo, quien también fue clave en el crecimiento de la firma.

El camino no estuvo exento de dificultades. En los años 90, la crisis económica golpeó duramente a la industria, con muchas firmas de renombre quebrando. Sin embargo, gracias al esfuerzo conjunto de las familias Colombo y la disposición para asumir riesgos, la empresa pudo mantenerse a flote, incluso hipotecando propiedades familiares para evitar el cierre. En palabras de Elvio Colombo, "de 90 casas consignatarias que había en el mercado en ese entonces, solo quedaron 30. Pudimos sobrevivir gracias a todas las familias de los socios que hipotecaron sus casas".

El proceso de modernización comenzó a finales del siglo XX y se consolidó con la llegada de la tercera generación. Hoy, bajo la dirección de los hijos de los fundadores, la firma continúa siendo un actor clave en el mercado, adaptándose a las nuevas tecnologías y cambiando su enfoque hacia la digitalización. "Estamos trabajando en la transformación digital, para mejorar los procesos y estar a la altura de este cambio de paradigma", destaca Federico Colombo, miembro de la tercera generación.

En cuanto al futuro, los responsables de la firma están enfocados en mantener la armonía interna y seguir innovando. Juan Pedro Colombo señala que "es fácil llegar, pero mantenerse en la cima es más difícil", mientras que Federico destaca que el reto está en adaptarse a un entorno cada vez más tecnológico y eficiente.

La historia de Colombo y Magliano, con sus 85 años de vida, es un testimonio de perseverancia, adaptación y visión a largo plazo. Con su legado familiar y su capacidad para reinventarse, la firma parece estar preparada para seguir liderando el mercado de la comercialización agropecuaria en los próximos años.