Por Agroempresario.com
El 2024 cerró un ciclo legislativo marcado por avances y postergaciones para el sector agroindustrial, con proyectos clave que definirán el futuro cercano de la agroindustria en Argentina. La Fundación Barbechando destacó, en su reciente informe, la importancia de iniciativas como el proyecto de biocombustibles, que fue inicialmente impulsado por la Liga de Gobernadores, y la puesta en marcha del Régimen de Incentivo para Medianas Inversiones (RIMI), que promete potenciar a las pymes vinculadas al agro.
A lo largo del año, el proyecto de biocombustibles generó grandes expectativas debido a su amplio respaldo en sus inicios, pero la falta de consenso y la propuesta alternativa presentada por el Gobierno, orientada a minimizar el impacto fiscal, hicieron que el proyecto perdiera impulso. Esta situación dejó al sector productivo sin definiciones claras, aunque el tema sigue siendo crucial para la agenda legislativa de 2025.
Por otro lado, el RIMI se perfila como una de las grandes apuestas legislativas para el próximo año. Este régimen tiene como objetivo potenciar las medianas inversiones en el agro, incorporando tres de las cuatro herramientas del Régimen de Inversiones para el Desarrollo Agroindustrial (RIDA). A pesar de los esfuerzos, el proyecto aún enfrenta desafíos legislativos que pueden condicionar su implementación.
Para el 2025, los desafíos son claros. Uno de los principales es la reforma fiscal, que sigue siendo un tema pendiente y cuya resolución impactará directamente en la competitividad del sector. Además, el desarrollo de la infraestructura logística continúa siendo uno de los principales reclamos del sector agroindustrial, que considera que la mejora en el transporte y almacenamiento es vital para mejorar la competitividad y reducir costos.
Otro factor a tener en cuenta es la relación entre las provincias agrícolas y el gobierno nacional. Las tensiones por las políticas agrícolas y fiscales serán uno de los ejes principales del debate legislativo en los próximos meses, lo que podría dificultar los avances en algunos proyectos clave.
En cuanto a la gestión gubernamental, la administración de Javier Milei logró, en 2024, un giro significativo en su estrategia legislativa, pese a contar con una representación limitada en el Congreso. Con 13 leyes aprobadas y 31 tratados internacionales ratificados, el oficialismo logró consolidar su poder, especialmente con la eliminación de un incremento en los derechos de exportación (DEX), lo que permitió evitar un conflicto con el sector agropecuario y asegurar el apoyo de los gobernadores.
El 2025 se perfila como un año decisivo para evaluar si este dominio legislativo se mantendrá y se traducirá en avances concretos para el agro, o si las tensiones políticas y los desafíos económicos generarán nuevos obstáculos. El futuro de la agroindustria estará en manos del Congreso, que tendrá la responsabilidad de avanzar con proyectos clave para el sector y garantizar las condiciones necesarias para su desarrollo sostenible.