Por Agroempresario.com
El productor agropecuario Néstor Roulet, con base en Canals, Córdoba, ex dirigente rural y ex subsecretario de Alimentos durante el gobierno de Mauricio Macri, expuso una alarmante situación para el sector sojero en su análisis de los márgenes agrícolas para la campaña 2024/25. Según sus proyecciones, un rendimiento promedio de 3,5 toneladas por hectárea, con un valor de US$386 por tonelada, dejaría al productor con un margen bruto negativo. Tras cubrir los costos directos, indirectos y alquileres, se estima que la pérdida sería de US$78,90 por hectárea.
En contraste, el Estado recaudaría US$473,29 por hectárea, principalmente debido a las retenciones del 33% sobre el ingreso bruto. Esto subraya la desigualdad en la distribución de la renta agrícola, donde, en cada hectárea de soja, el productor pierde cerca de US$80, mientras que el gobierno obtiene una recaudación sustancial.
Los costos directos, que incluyen insumos, labores y seguros, ascienden a US$362,44 por hectárea. A esto se suman costos indirectos como fletes, cosecha y comercialización, que totalizan US$199,27. Además, el alquiler de tierras, estimado en US$348 por hectárea, agrava aún más la situación de los productores.
Roulet detalló, a través de sus análisis en la red social X, que los propietarios de tierras también enfrentan un alto impacto fiscal. Tras descontar impuestos como el 35% de Ganancias, el impuesto al cheque y otros tributos provinciales y municipales, los propietarios de tierras quedarían con solo US$184,58 por hectárea, lo que refleja una recaudación adicional para el Estado de US$163 por hectárea.
Proyectando esta situación a las 18 millones de hectáreas de soja sembradas en la campaña 2024/25, Roulet calculó que el Estado podría recaudar aproximadamente US$7.700 millones, representando casi el 80% de las retenciones totales. Esto pone en evidencia la magnitud de la carga fiscal sobre los productores, un escenario que continúa generando preocupación en el sector agrícola.
Roulet concluyó su análisis con una reflexión irónica: “Decime qué se siente”, apuntando a la disparidad en la distribución de la renta agrícola en Argentina.