Por Agroempresario.com.
Una feroz tormenta que golpeó San Rafael, Mendoza, dejó a su paso una estela de destrucción en más de 2000 hectáreas de viñedos, durazneros y otros frutales, que se encontraban a punto de ser cosechados. Los fuertes vientos, superiores a los 100 km/h, junto con granizo, arrasaron con todo en cuestión de minutos, dejando a cientos de pequeños productores con pérdidas totales en sus cosechas.
La tormenta, que ocurrió el lunes por la tarde, afectó principalmente las zonas de Real del Padre y Jaime Prat, y causó un daño significativo en la producción agrícola de la región. Alrededor de 350 pequeños productores, en su mayoría dedicados a la producción de uvas y duraznos, vieron cómo sus cultivos fueron devastados en un abrir y cerrar de ojos. En total, más de 2000 hectáreas fueron completamente destruidas, y los agricultores se quedaron sin cosecha para este año y parte de la próxima.
“Este evento fue excepcionalmente fuerte. Volaron techos, las estructuras de malla antigranizo fueron destruidas, y las pérdidas son totales en la zona. Muchos productores perdieron tanto la cosecha de este año como parte de la que tenían prevista para el próximo”, afirmó Fabián Ruggeri, presidente de la Asociación de Cooperativas Vitivinícolas de Argentina (Acovi).
En cuanto a los cultivos afectados, aproximadamente el 60% de las hectáreas dañadas correspondían a uvas, mientras que el 40% restante fue de otros frutales como duraznos y ciruelas. Estos últimos ya se encontraban en plena cosecha, lo que incrementó aún más las pérdidas para los productores. Las uvas podrán recuperarse el próximo año, pero los frutales no regenerarán sus cultivos, lo que obliga a los productores a esperar entre 4 y 5 años para ver resultados.
Ante la magnitud del desastre, la Asociación de Cooperativas Vitivinícolas de Argentina ofrecerá financiamiento a tasa cero para los afectados, aunque Ruggeri reconoce que estos recursos no serán suficientes para cubrir la totalidad de las pérdidas. "Lo que podemos ofrecerles son créditos de hasta tres millones de pesos, pero con eso no podrán solucionar todo, solo podrán reconstruir parte de su capital de trabajo", indicó Ruggeri.
El panorama para los pequeños productores es grave, especialmente para aquellos que dependen exclusivamente de los frutales, quienes deberán esperar varios años antes de poder volver a producir. Por su parte, los productores de viñedos tendrán que esperar hasta el próximo año para poder recuperar algo de producción.
El gobierno provincial ya está evaluando la situación y ha iniciado recorridas por la zona afectada para determinar las necesidades de los productores y explorar posibilidades de financiamiento a través de créditos blandos. En tanto, el intendente de San Rafael, Omar Félix, ha solicitado al Concejo Deliberante la declaración de estado de emergencia para las zonas más afectadas por el fenómeno climático.
La catástrofe ha puesto en evidencia la vulnerabilidad de los pequeños productores ante fenómenos climáticos extremos, y la reconstrucción de sus cultivos será un proceso largo y costoso.
