Por Agroempresario.com

En los últimos años, el pistacho ha experimentado un auge inesperado en Argentina. Este cultivo originario del Medio Oriente, que llegó al país en 1980 de la mano de dos productores de San Juan, ha visto un incremento exponencial, con la superficie de cultivo pasando de 1.000 a 7.000 hectáreas en solo cuatro años. Considerado el "oro verde" por su alto valor en el mercado internacional, el pistacho ha capturado la atención de grandes y pequeños productores, convirtiéndose en una opción rentable para el sector agroindustrial.

En términos económicos, el pistacho ha logrado una valorización significativa, con un precio de exportación de 18 dólares por kilo, mientras que los productores reciben entre 5 y 6,5 dólares por kilo. Su creciente demanda internacional ha sido impulsada por la tendencia global hacia una alimentación más saludable, sumada a la popularidad del pistacho en la dieta mediterránea, italiana y de Medio Oriente. De hecho, en Italia, uno de cada tres helados consumidos es de pistacho, lo que ha elevado su presencia en el mercado global.

El INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) ha jugado un papel fundamental en el crecimiento de esta producción, realizando la primera zonificación agroclimática del pistachero en Argentina. Este mapeo, basado en más de diez años de datos meteorológicos y fenológicos, señala las zonas del país con las condiciones óptimas para la producción del pistacho, principalmente en el sur de San Juan, el norte de Mendoza, el sur de San Luis y el centro-sur de La Pampa. La zonificación también incluye áreas con aptitud media o condicionada, donde la producción podría verse comprometida en algunos años.

A pesar de la promesa económica, el cultivo del pistacho tiene sus desafíos. Uno de los más importantes es el tiempo de espera para obtener frutos, ya que se requiere un mínimo de siete años para comenzar la cosecha. Esto convierte al pistacho en una inversión a largo plazo, lo que ha llevado a que muchos productores se aventuren en el cultivo a sabiendas de que la rentabilidad se verá en el futuro. Sin embargo, la alta demanda y los precios internacionales hacen que la espera sea más atractiva para aquellos que buscan una inversión a largo plazo.

Con un costo de inversión inicial que oscila entre 100.000 y 150.000 dólares para un mínimo de diez hectáreas, el cultivo del pistacho se presenta como un negocio con perspectivas a largo plazo. Aunque el consumo doméstico de pistacho en Argentina aún es incipiente, el 90% de la producción se destina a la exportación, lo que resalta la importancia del mercado internacional. Con la producción aumentando y la demanda global al alza, el pistacho argentino sigue ganando terreno en los mercados internacionales, especialmente en Europa, donde su consumo está en auge.

A medida que el cultivo del pistacho avanza en Argentina, también lo hacen los productos derivados, como helados y frutos secos, que ganan cada vez más protagonismo en el mercado. Con el respaldo del INTA y una creciente base de productores, el pistacho argentino tiene un futuro prometedor en el sector agroindustrial, tanto para el mercado interno como para la exportación.