Por Agroempresario.com
En la Argentina, más de la mitad del precio de un vehículo corresponde a impuestos. La alta carga impositiva que recae sobre el mercado 0km afecta tanto a los autos importados como a los nacionales. Esto se refleja en el precio final, que es considerablemente más alto que en otros países de la región.
Por ejemplo, un Porsche 911 Carrera en Argentina se vende a US$400.000, mientras que en países como Chile, Brasil y Estados Unidos, el mismo modelo tiene un precio que ronda los US$137.900, US$148.500 y US$122.000, respectivamente. La diferencia es aún mayor en otros modelos, como el Volvo EX310, que cuesta US$65.000 en nuestro país, pero solo US$34.510, US$35.978 y US$28.000 en esos países.
La presión tributaria en Argentina se debe a una serie de impuestos nacionales, provinciales y municipales que se aplican a los vehículos nuevos. Según el informe de César Litvin, CEO de Lisicki, Litvin Consultores S.A., la suma de estos tributos genera un aumento significativo en el precio final de cada unidad. Entre los impuestos nacionales, destacan el IVA (21%), el impuesto interno o impuesto al lujo, que varía entre el 20% y el 35%, y el impuesto a las ganancias, entre otros.
Los autos de producción nacional enfrentan una carga impositiva del 53,4% solo con el IVA, que aumenta considerablemente si se suman otros impuestos internos. En el caso de los autos importados extrazona (no pertenecientes al Mercosur), el porcentaje de impuestos puede llegar a ser tan alto como el 196%, lo que coloca a Argentina en una posición desventajosa en comparación con los países vecinos.
El precio de los autos nuevos influye directamente en el mercado de autos usados, donde la tendencia es que los precios de los vehículos de segunda mano sigan el valor de los autos nuevos. En períodos de alta demanda o restricciones a las importaciones, los autos usados pueden llegar a costar más que los nuevos, aunque esto es solo una excepción.
Alejandro Lamas, secretario de la Cámara del Comercio Automotor (CCA), destacó que una reducción de impuestos y un mayor abastecimiento de vehículos nuevos permitirían una disminución de los precios en el mercado, tanto de los autos nuevos como de los usados.
César Litvin también señaló que se está evaluando una reforma tributaria integral para reducir la carga impositiva sobre los vehículos. Sin embargo, esta reforma aún depende de la estabilidad fiscal del país y de que el Gobierno logre alcanzar un superávit fiscal sostenible. Por ahora, la eliminación del impuesto PAIS ha generado una leve reducción en los precios, pero la carga impositiva sigue siendo una de las más altas de la región.
De acuerdo al informe de Litvin, los impuestos que afectan al precio final de los autos incluyen tanto impuestos nacionales como provinciales y municipales. Entre los impuestos nacionales, se encuentran el IVA, los impuestos internos, el impuesto sobre los débitos y créditos bancarios, el impuesto a las ganancias, y otros cargos relacionados con el proceso productivo y de comercialización. A nivel provincial y municipal, también se aplican impuestos como los ingresos brutos y el impuesto de sellos.
En el caso de los vehículos importados, la situación es aún más compleja, ya que dependiendo de si el vehículo proviene del Mercosur o de otros países, se aplican aranceles y otros impuestos adicionales que incrementan aún más el precio final.
La carga impositiva sobre los vehículos en Argentina es considerablemente alta y afecta tanto a los autos nuevos como a los usados. Esto convierte a los vehículos en uno de los productos más caros de la región, y plantea la necesidad urgente de una reforma tributaria que permita reducir los impuestos y fomentar la competitividad del mercado automotor en el país.