La crisis del limón en Argentina: precios por las nubes y baja producción

Por Agroempresario.com

Por segundo mes consecutivo, el limón encabeza las subas dentro del rubro de alimentos, bebidas y otros artículos medidos por el Índice de Precios al Consumidor (IPC). En diciembre, su precio subió un 21,9%, pasando de $2.499,79 a $3.048 por kilo. En los últimos dos meses de 2024, el incremento acumulado alcanzó el 106,98%, ya que en octubre el kilo costaba $1.472, según los datos del INDEC.

Desde el Mercado Central, fuentes consultadas por Agroempresario.com explicaron que este aumento se debe a una drástica disminución en la oferta. La producción de limones sufrió daños significativos debido a intensas heladas. Además, los precios bajos y la escasa rentabilidad de la actividad llevaron a que muchas labores esenciales, como las podas y los cuidados de las plantas, no se realizaran durante el invierno, agravando la situación en un período de menor producción estacional.

Otro factor influyente fue la pérdida de al menos un 10% de la producción, ya que unas 15.000 hectáreas de cultivo fueron abandonadas debido a años de precios internacionales bajos en los derivados del limón, como el aceite y el jugo. Esta combinación de factores ha disparado el precio de esta fruta en el mercado local.

Claudio Muollo, presidente de la Cámara de Operadores Mayoristas Frutihortícolas del Mercado Central de Buenos Aires (Combaires), explicó que el ciclo productivo del limón en el país va de abril a septiembre, pero solo alrededor del 10% queda disponible para abastecer el mercado interno durante los meses de noviembre, diciembre y hasta marzo. “Esto hace que la producción veraniega sea limitada, y con el aumento del consumo por las altas temperaturas, los precios suelen subir. Sin embargo, este año la situación fue mucho más grave”, comentó.

Muollo detalló que las heladas tardías de 2024 impactaron fuertemente en la producción. Además, durante el invierno, los precios fueron tan bajos que muchos productores decidieron no cosechar, dejando los limones en las plantas. “Esto retrasó la floración y redujo la producción para el verano. Tampoco se realizaron labores culturales como podas y curas, lo que empeoró la situación”, añadió.

La crisis del sector limonero no es nueva. Durante el invierno de 2024, los precios del limón alcanzaron niveles críticos. Según el IPC, en julio el kilo se vendía a $224, y durante varios meses no superó los $300. “A esos valores era imposible mantener la producción y cuidar las plantas. Por eso, muchos productores dejaron de realizar tareas esenciales porque la actividad no era rentable”, explicó.

En los últimos años, al menos un 10% de la producción se perdió debido a la falta de rentabilidad. Muchas hectáreas en el NOA, la principal región productora del país, fueron reconvertidas a cultivos más rentables, como palta, mango o café. “El mango ya se cultivaba, pero ahora la tendencia se acelera porque el limón dejó de ser rentable”, agregó.

José Carbonell, presidente de la Federación Argentina del Citrus (Federcitrus), había señalado que durante toda la campaña, el mercado interno se abastecía con el descarte de empaques de exportación. Sin embargo, este sistema también se vio afectado por la caída de los precios internacionales de los derivados del limón, como el aceite, el jugo y la cáscara.

El principal fijador de precio es el de fábrica, que depende de los derivados como el aceite, el jugo y la cáscara. En el caso del aceite, su precio spot cayó a menos de la mitad, vendiéndose a menos de 8 dólares el kilo, cuando antes estaba entre 16 y 20 dólares. El jugo también experimentó una caída significativa, pasando de 2.760 dólares la tonelada a menos de 800, aunque recientemente comenzó a recuperarse gracias al aumento del precio del jugo de naranja. Por otro lado, la cáscara ha sido el único componente que ha mantenido una cierta estabilidad.

Esta situación ha generado pérdidas continuas para los productores en los últimos seis años, lo que ha llevado a la eliminación de miles de hectáreas de cultivo. Muchas de estas tierras han sido reconvertidas para el cultivo de caña de azúcar, nueces, paltas o naranjas, mientras que otras se han abandonado por falta de capital incluso para retirarlas. El costo de arrancar una hectárea alcanza los 1.000 dólares, lo que agrava aún más la situación del sector, según Carbonell.

En este escenario, Muollo considera que la situación podría empezar a estabilizarse en marzo, cuando la nueva producción llegue al mercado. Sin embargo, se espera que durante el invierno los precios del limón varíen entre $1.000 y $2.000 por kilo, dependiendo de la oferta local y la llegada de fruta importada.