Por Agroempresario.com
La agroindustria es uno de los motores económicos más importantes de Argentina, y la producción de aceites vegetales ocupa un lugar destacado en este sector. Con una vasta diversidad que incluye aceites de soja, girasol, maní, maíz, oliva, algodón, cártamo, canola y lino, el país se posiciona como un referente mundial en este mercado.
Según un informe de la Bolsa de Cereales de Córdoba (BCCBA), Argentina cuenta con 51 plantas industriales de procesamiento de semillas oleaginosas distribuidas principalmente en Santa Fe, Buenos Aires y Córdoba. Este ecosistema industrial permite que el país también sea uno de los mayores productores y exportadores de biodiesel elaborado a partir del aceite de soja.
El aceite de soja es el más producido en Argentina y el que más aporta a la economía nacional. En 2024, la producción alcanzó los 8 millones de toneladas, un 45% más que el año anterior gracias a la recuperación tras la sequía de 2022/2023. Santa Fe concentra el 89% de esta producción, mientras que Córdoba aporta el 6%. Además, el 68% de la producción de aceite de soja se destina a la exportación, con India, China y Bangladesh como principales destinos.
En 2024, la producción de aceite de girasol alcanzó 1,6 millones de toneladas, con Buenos Aires liderando con el 53%, seguida por Santa Fe (28%) y Córdoba (16%). Aproximadamente la mitad de esta producción se exporta, consolidando a Argentina como el tercer mayor exportador mundial de este producto.
Córdoba es clave en la industria aceitera, especialmente en los aceites de maní, soja y girasol. La provincia produce 436 mil toneladas de aceite de soja al año (6% del total nacional) y 210 mil toneladas de aceite de girasol (16%). En el caso del aceite de maní, Córdoba lidera la producción y el procesamiento, aunque los volúmenes han disminuido en los últimos años.
La producción de aceites menos tradicionales también está en auge. El aceite de canola, por ejemplo, ha vuelto a despegar en 2024 tras años de baja producción, alcanzando 5 mil toneladas. La mayor parte se destinó a la exportación, generando ingresos equivalentes a USD 3,5 millones. Por otro lado, el aceite de lino, reconocido por sus beneficios para la salud, ha experimentado un crecimiento del 109% en su producción respecto al año anterior.
Con un sector industrial diversificado y una posición estratégica en el mercado global, la producción de aceites vegetales continúa siendo un pilar fundamental de la economía argentina. La capacidad de adaptarse a las demandas internacionales y a los desafíos climáticos refuerza el liderazgo del país en este rubro.