En el corazón de la provincia de Corrientes, donde la naturaleza se despliega en toda su majestuosidad, vive María Nilda, una mujer cuya historia refleja el espíritu emprendedor y la pasión por lo propio.
Su trabajo como criadora de búfalos fue destacado en el documental “Manos con Historia”, una producción que recorre los rincones de Entre Ríos, Corrientes, Misiones y Chaco para visibilizar el esfuerzo de pequeños productores rurales.
Con la guía de los médicos veterinarios Gastón Britos y Francisco Becerra, y el apoyo de Laboratorio PROAGRO y Agrofy News, este proyecto pone en primer plano historias como la suya, que encarnan la esencia del campo argentino.
Hija de maestros rurales, María Nilda creció en Loma Alta, a tan solo seis kilómetros de lo que hoy es su criadero. Habla guaraní, lengua que conecta con sus raíces. Pasó varios años en la ciudad de Corrientes estudiando y luego formando una familia, pero su corazón siempre estuvo ligado al campo.
En Buenos Aires educó a sus tres hijos, buscando brindarles mayores oportunidades, y fue justamente uno de ellos quien trajo la idea que cambiaría sus vidas: la cría de búfalos.
Lo que comenzó como un proyecto familiar pronto se convirtió en una pasión que los uniría más allá de lo imaginado. Los búfalos, animales conocidos por su fuerza y resistencia, encontraron en el predio de María Nilda un hogar donde se los cuida con dedicación y respeto.
“Los búfalos son un rodeo manso”, comenta ella, pero también reconoce que su producción requería innovación para prosperar. Fue así como, tras años de esfuerzo y aprendizaje, fundó junto a su familia el primer centro de inseminación bufalina de Argentina, marcando un hito en la ganadería nacional.
Silva destacó que “son más mansos, obedientes y demandantes que los perros”. En general es un animal compacto, musculoso y profundo. Tiene buena conformación de grupa. El peso promedio del animal adulto es de 600 a 800 kg en los machos y de 600 kg en las hembras. La edad promedio al primer parto es de 40 meses. También destaca una muy buena conformación carnicera y lechera.
El trabajo en el criadero demanda largas jornadas. Durante casi una década, María Nilda ha dedicado sus días a perfeccionar el arte de la inseminación y el ordeñe natural. Su forma de criar a los búfalos es especial: les habla, los llama por su nombre, les da cariño desde pequeños.
No es casualidad que estos animales respondan con docilidad y confianza. “Ellos devuelven el cuidado con afecto”, dice emocionada, destacando la conexión que ha logrado establecer con su rodeo.
El criadero también es un espacio donde la tradición se encuentra con la innovación. Detalles como el uso de técnicas modernas de inseminación se combinan con el respeto por el ciclo natural de los animales. Todo ello tiene un propósito: producir una leche de calidad excepcional que se transforma en muzzarella, un producto que lleva consigo la esencia del esfuerzo y la pasión de esta familia.
La historia de María Nilda es más que un ejemplo de emprendimiento rural; es un testimonio de cómo la dedicación y el amor por lo que se hace pueden transformar un sueño en realidad. En cada rincón de su criadero, desde el guaraní que resuena en sus palabras hasta el carácter manso de sus búfalos, se respira una identidad profundamente argentina, una “argentinidad al palo” que merece ser conocida y celebrada.
Agrofy