Por Agroempresario.com
El Concejo Deliberante del distrito de 9 de Julio declaró la emergencia hídrica en el sistema de agua potable tras detectarse niveles alarmantes de arsénico en el suministro. La decisión se tomó luego de que un informe de la ONG Conciencia Agroecológica revelara que varios barrios de la zona, incluyendo Ciudad Nueva, presentaban concentraciones tóxicas de este elemento en el agua que consume la población.
La sesión extraordinaria fue impulsada por bloques opositores, que criticaron la gestión de la intendenta María José Gentile, del PRO, por no actuar con mayor celeridad frente a la problemática. “El Ejecutivo estaba al tanto de esta situación desde hace años”, señaló un representante de Unión por la Patria.
El presidente del bloque Juntos, Ignacio Palacios, destacó a través de sus redes sociales la gravedad de la situación: “La declaración de emergencia hídrica es un paso necesario para brindar herramientas que permitan afrontar esta crisis. Pero esto no es suficiente; se necesita una estrategia conjunta con los Gobiernos Nacional y Provincial para garantizar agua potable en 9 de Julio y toda la región”.
Palacios agradeció el trabajo de la ONG Conciencia Agroecológica por visibilizar la problemática, mientras que el Ejecutivo municipal aseguró estar implementando acciones para mejorar tanto el caudal como la calidad del agua. Según la Secretaría de Obras y Servicios Públicos, se están reacondicionando plantas de ósmosis inversa, un método eficaz para la eliminación de arsénico, además de realizar el recambio de filtros y ajustar la mezcla de agua de red proveniente de la empresa ABSA.
El caso de 9 de Julio no es aislado. Un mapa elaborado por el Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA) advierte que numerosos municipios de la provincia de Buenos Aires presentan niveles de arsénico en el agua superiores al límite de 50 partes por billón (ppb), considerado seguro para el consumo humano. Entre las localidades afectadas se encuentran Tres Arroyos, Balcarce, Junín, Pergamino y General Las Heras, entre otras.
El arsénico es un contaminante que puede estar presente naturalmente en el agua subterránea, pero su consumo prolongado genera graves riesgos para la salud.
Beber agua con altos niveles de arsénico puede provocar Hidroarsenicismo Crónico Regional Endémico (HACRE), una condición caracterizada por lesiones cutáneas y mayor predisposición a enfermedades graves como cáncer de piel, pulmón y vejiga. También se asocia con fibrosis pulmonar y problemas respiratorios crónicos.
Ante este panorama, los expertos recomiendan evitar el consumo directo de agua contaminada y recurrir a fuentes seguras para beber y cocinar. En el caso de los municipios afectados, el acceso a plantas de tratamiento, como las de ósmosis inversa, se vuelve fundamental para garantizar la salud de las comunidades.
La emergencia hídrica declarada en 9 de Julio evidencia la necesidad de abordar de manera integral la calidad del agua en el país. La coordinación entre los niveles municipales, provinciales y nacionales será clave para implementar soluciones sostenibles que protejan a las poblaciones afectadas y aseguren el acceso a un recurso vital como el agua potable.