Por Agroempresario.com
El choclo, también conocido como maíz, elote, jojoto o mazorca, es uno de los alimentos más tradicionales de la gastronomía latinoamericana. Su historia se remonta a hace aproximadamente 9.000 años, cuando comenzó a ser domesticado en la región del actual México. Con el paso del tiempo, se ha convertido en un alimento básico en diversos países de América Latina y es un ingrediente fundamental en platos tanto tradicionales como modernos.
En muchos países de la región, el choclo es un verdadero manjar en las playas. Ya sea en forma de mazorca asada con manteca y sal, o como parte de ensaladas y guarniciones, el choclo es una presencia constante durante el verano. En Argentina y Brasil, los vendedores ambulantes de playa suelen ofrecer el maíz caliente, creando una tradición que es muy apreciada por quienes disfrutan de la brisa marina y del calor del sol.
Sin embargo, más allá de su sabor y popularidad, el choclo es un snack saludable lleno de nutrientes esenciales que beneficia la salud de quienes lo consumen. Según el nutricionista especializado en alimentación deportiva Matías Marchetti (M.N. 7210), el choclo es un alimento rico en carbohidratos complejos, proteínas, fibra, vitaminas y minerales, lo que lo convierte en una excelente fuente de energía que favorece la salud digestiva y contribuye a la sensación de saciedad.
Según Healthline, 100 gramos de choclo hervido contienen 96 calorías, un 73% de agua, 21 gramos de carbohidratos (principalmente almidón), aproximadamente 4,5 gramos de azúcar, 3,4 gramos de proteína (aunque de baja calidad), 2,4 gramos de fibra y 1,5 gramos de grasa. Gracias a su bajo contenido calórico y su alto porcentaje de agua, el choclo es una opción fresca y saciante, ideal para un snack durante el calor.
El consumo de choclo se asocia con varios beneficios para la salud, tal como explica Marchetti. Uno de los principales es el impacto positivo que tiene sobre la salud digestiva. El choclo es una excelente fuente de fibra, lo que favorece la digestión, regula el tránsito intestinal y previene el estreñimiento. Además, la vitamina B1 que contiene el maíz desempeña un rol crucial en el funcionamiento del metabolismo.
El control de peso es otro beneficio del choclo. La combinación de carbohidratos complejos y fibra contribuye a generar una sensación de saciedad, lo que ayuda a controlar el apetito y, en consecuencia, a gestionar el peso corporal de manera efectiva.
Además, los carbohidratos complejos del choclo proporcionan una energía sostenida, lo que lo convierte en un snack ideal para mantener el rendimiento durante las actividades al aire libre, como las caminatas por la playa o las actividades deportivas.
Otro de los beneficios del choclo está relacionado con la salud cardiovascular. Algunos estudios sugieren que el consumo de granos integrales ricos en fibra, potasio y magnesio, como el maíz, pueden ayudar a reducir la presión arterial, disminuir el riesgo de resistencia a la insulina, mejorar los niveles de colesterol y, en general, disminuir el riesgo de enfermedades cardíacas.
Aunque el choclo es un alimento altamente nutritivo, Marchetti señala que su contenido calórico y de carbohidratos es significativo, por lo que las personas con diabetes o problemas metabólicos deben consumirlo con moderación. Aunque el índice glucémico del choclo es moderado, no es bajo, por lo que se recomienda ajustarlo a las necesidades personales y siempre en un marco de un plan alimentario equilibrado.
El especialista recomienda que una porción adecuada de choclo es de media taza al día, de dos a tres veces por semana. Asimismo, resalta que se puede complementar con otras legumbres, como frijoles o lentejas, para mejorar la calidad proteica del plato.
En cuanto al método de preparación, Marchetti aclara que el proceso de cocción puede afectar ligeramente las propiedades nutricionales del choclo. Hervirlo en exceso, por ejemplo, puede reducir el contenido de vitamina C que posee el maíz.
Por último, para aquellas personas con un intestino sensible, el choclo puede no ser el mejor alimento, ya que su alto contenido de fibra podría ser irritante para algunos sistemas digestivos.